28 de abril de 2025
"Necesitamos Groenlandia", dijo Donald Trump, dejando en claro que la ambición estadounidense en el Ártico va mucho más allá de lo simbólico.
Y es que controlar la isla más grande del mundo significaría para Washington una ventaja estratégica total: acceso a nuevas rutas comerciales abiertas por el deshielo, a enormes reservas de metales raros y de hidrocarburos… y la posibilidad de frenar el avance militar de Rusia y China en la región.
Desde la Base Espacial Pituffik hasta el interés por las rutas más cortas hacia Asia, Groenlandia es vista como la clave para ganar influencia —y tal vez la próxima guerra— en el Ártico.

