Más de la mitad de Sudán necesita ayuda humanitaria urgente, en medio de sufrimiento “inimaginable”
Sudán sufre una crisis sin precedentes: 30 millones de personas, más de la mitad de su población, necesitan ayuda urgente. Organizaciones alertan que se está violando el derecho internacional humanitario, en medio de desplazamiento y hambruna.
“Una de las emergencias más graves del mundo” golpea a Sudán. Así lo advierten organizaciones internacionales, que describen un panorama sobrecogedor y señalan que más de la mitad de la población requiere ayuda humanitaria urgente. Todo en medio de un sufrimiento “inimaginable” provocado por la guerra entre las Fuerzas Armadas Sudanesas (SAF, por sus siglas en inglés) y las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF, por sus siglas en inglés).
“Vemos una situación en la que más de 30 millones de personas necesitan asistencia humanitaria. Eso representa la mitad de la población de Sudán”, dijo la secretaria general del Consejo Danés para los Refugiados, Charlotte Slente, a la agencia de noticias AFP el pasado sábado. “El sufrimiento que vemos es inimaginable”, añadió. Según el Banco Mundial, Sudán tenía una población de alrededor de 50 millones de personas en 2024.
“Existen violaciones que trascienden todas las leyes internacionales humanitarias”, agregó Slente. “Registramos detenciones, secuestros, desplazamientos forzados y torturas”, señaló, acusando a la comunidad internacional de no hacer lo suficiente.
Desplazamientos y enfermedades
A los asesinatos y la catástrofe humanitaria se suman los desplazamientos internos, que afectan al menos a 9,6 millones de sudaneses, según reveló a fines de octubre un informe conjunto de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur), el Fondo de la ONU para la Infancia (Unicef) y el Programa Mundial de Alimentos. En este marco se denuncia que el país se enfrenta a una de las emergencias más graves del mundo.
Existe además otra crisis silenciosa pero igualmente devastadora. “En todo Sudán, el cólera, el dengue y la malaria se están propagando”, alertó el comunicado, subrayando la urgencia de servicios básicos como agua potable, atención sanitaria y otros recursos esenciales que no llegan a la población, según Ugochi Daniels, subdirectora general de Operaciones de la OIM.
En medio de esta catástrofe, los niños y niñas sufren las peores consecuencias. Según estimaciones de la ONU, “14 de los 17 millones de menores en edad escolar” no asisten actualmente a clases: una generación entera privada del derecho a la educación por el estruendo de las armas y la falta de seguridad.
Y, en medio de este escenario desgarrador, la hambruna se ha declarado oficialmente en varias regiones del país y amenaza con extenderse, alertó a inicios de noviembre la Organización Mundial de la Salud.
Un sufrimiento “indescriptible” en Al Fasher
Actualmente, los combates se concentran en la capital de Sudán, Jartum, y en la región de Darfur, que se encuentra bajo el control de las RSF. La violencia ha escalado dramáticamente en las últimas semanas en esta zona.
Darfur ocupa aproximadamente una quinta parte del territorio de Sudán, aunque la mayor parte de habitantes del país vive en áreas bajo control de la SAF. Pero la violencia se ha extendido también a otras regiones, como Kordofán, afectando prácticamente a toda la nación.
El mes pasado, las RSF tomaron Al Fasher, la ciudad más grande de Darfur, desatando una situación aún más crítica en medio de una catástrofe humanitaria: la ciudad había permanecido aislada bajo un asedio de las RSF que se extendió por más de 16 meses, con acceso muy limitado a alimentos, agua y atención médica. Según datos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), al menos 100.000 personas fueron desplazadas de Al Fasher y sus alrededores en el último mes, mientras que más de 260.000 permanecen en la ciudad, 130.000 de ellas niños.
En este contexto, el jefe de ayuda humanitaria de la ONU, Tom Fletcher, enfatizó el domingo que la situación allí es directamente “indescriptible”. Organizaciones humanitarias han registrado denuncias de atrocidades contra gran parte de la población de la zona, entre ellas violencia sexual, ejecuciones sumarias y crímenes de guerra cometidos por las RSF, junto con alarmantes informes de masacres de civiles pertenecientes a minorías étnicas.
La agencia de ayuda de la ONU informó en un comunicado que Fletcher visitó Tawila, en la misma región, y “se reunió y habló con mujeres que huyeron de Al Fasher hace apenas unas semanas”.
Fletcher relató que los sudaneses desplazados “llevan consigo relatos aterradores de violencia brutal. El mundo no los ha protegido. Debemos hacerlo mejor”. Y añadió: “Hay un sufrimiento indescriptible en Tawila. Y más de la mitad de los desplazados son niños”, agregó.
“Los informes sobre asesinatos, violencia sexual y reclutamiento forzado aumentan cada día”, advierten las agencias humanitarias. Esto llevó al Consejo de Derechos Humanos de la ONU el pasado viernes a ordenar una investigación sobre presuntas violaciones del derecho internacional.
El representante de la ONU insistió en que “los desplazados llevan consigo relatos aterradores de brutalidad y sufrimiento”, añadiendo que “el mundo no los ha protegido. Debemos hacerlo mejor”.
El tercer país más grande de África se desangra desde abril de 2023, cuando estalló la guerra entre las SAF, lideradas por el general Abdelfattah Al-Burhan, y las RSF, encabezadas por Mohamed Hamdan Dagalo, más conocido como Hemedti. Al menos 40.000 sudaneses han muerto desde el inicio del conflicto, según la Organización Mundial de la Salud, aunque investigaciones de universidades estadounidenses estiman que la cifra real podría rondar los 130.000.