¿Podría Trump realmente suspender vínculos si Israel avanza con la anexión de Cisjordania ocupada?

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, podría estar intentando ganar tiempo al retrasar su impulso para anexar ilegalmente Cisjordania ocupada.

By Murat Sofuoglu
Donald Trump no está contento con las decisiones unilaterales de Israel, desde los ataques a Qatar hasta la anexión de la Cisjordania ocupada. / AP

Cuando el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, amenazó con retirarle el respaldo militar a Israel por las acciones de Tel Aviv para anexarse Cisjordania ocupada, apuntó al núcleo mismo de la política de Washington hacia el estado sionista: un apoyo incondicional e inquebrantable.

La amenaza de Trump coincidió con una votación preliminar en el Parlamento de Israel –respaldado por los aliados de extrema derecha y ultranacionalistas del primer ministro Benjamín Netanyahu– para avanzar con un proyecto de ley para la anexión de Cisjordania ocupada.

Esta medida provocó enfado en Estados Unidos, por el temor de que pudiera poner en peligro el frágil alto el fuego que Trump había mediado en Gaza entre el grupo de resistencia palestino Hamás y Tel Aviv, con la ayuda del países de mayoría musulmana y árabes como Türkiye, Egipto y Qatar.

Y las reacciones de los líderes estadounidenses sobre la acción de Tel Aviv fueron rápidas y agresivas.

"Si esto fuera una maniobra política, sería muy tonta. Personalmente me ofende", dijo el vicepresidente de EE.UU., JD Vance, sobre el momento que escogió Israel para avanzar con esta legislación. Por su parte, el secretario de Estado, Marco Rubio, quien ha sido partidario del estado sionista por mucho tiempo, advirtió al Gobierno de Netanyahu que la medida podría llevar al colapso del proceso de paz en Gaza.

Ante la creciente presión sobre Israel, Netanyahu intentó desviar el tema, alegando que el proyecto de ley de anexión era resultado de una "provocación" por parte de la oposición.

¿Va en serio la amenaza de Trump?

Ahora bien, ¿tomará Netanyahu en serio la amenaza del Gobierno de Trump? ¿Y lo hará incluso después de señalar que  Israel no es un "protectorado" de EE.UU. y que puede decidir sobre su propias medidas de seguridad?

"Se toma muy en serio aquí", señaló Alon Liel, exdirector general del Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel, agregando que los grupos de extrema derecha del país no pueden decidir sobre la agenda de anexión.

Legisladores de extrema derecha —incluidos ministros del Gabinete— han presionado a Netanyahu sobre la agenda del llamado “Gran Israel” y la toma permanente de todas las tierras palestinas, incluidas Cisjordania ocupada y Gaza.

Sin embargo, Liel llama la atención sobre el hecho de que "sin un permiso estadounidense", esta agenda israelí de extrema derecha no puede "avanzar".

La advertencia de Trump contra la anexión está "evitando que suceda", lo cual a consideración del experto tiene una importancia crítica para avanzar hacia la estabilización y la paz entre israelíes y palestinos, según dijo Liel a TRT World.

No obstante, dada la historia de EE.UU. con Israel y la imprevisibilidad de Trump, Kamel Hawwash, escritor y analista político palestino, no está seguro de cuánto peso tiene la amenaza del mandatario.

El lenguaje de Trump ha sido mucho más fuerte contra Israel en la última semana, afirmó, pero todavía "no está convencido" de que el presidente estadounidense cumplirá lo que dice.

A pesar de mediar el alto el fuego en Gaza y firmar un acuerdo en la reciente cumbre de paz en Sharm El-Sheij, Egipto, Trump ha evadido preguntas sobre el Estado palestino, algo que los líderes musulmanes y árabes dicen que es es indispensable para una paz permanente entre israelíes y palestinos.

“No está del todo claro hacia dónde se dirige esto”, señaló Hawwash a TRT World, refiriéndose al alto el fuego y al plan de paz de 21 puntos de Trump para Gaza.

A pesar de su reciente postura pública, el líder estadounidense había respaldado anteriormente el plan de anexión de Cisjordania ocupada por parte de Israel, según una carta secreta filtrada en 2022.

Los expertos también ven un efecto de Qatar detrás de la presión que Trump está ejerciendo sobre Netanyahu.

El ataque que Israel lanzó en Doha en septiembre pasado, y que apuntó contra negociadores de Hamás– conmocionó al mundo y enfureció a Trump y su círculo cercano, incluidos su yerno Jared Kushner y el enviado de paz Steve Witkoff, ambos judíos estadounidenses.

Durante una entrevista en el programa 60 Minutes, tanto Kushner como Witkoff afirmaron que el ataque contra Qatar reforzó la idea en EE.UU. de que los israelíes están "perdiendo el control".

Hawwash considera que, al presionar a Netanyahu, Trump podría estar tratando de contener al gobierno israelí. Tanto es así que durante su visita a EE.UU. a finales de septiembre, Netanyahu se vio obligado a llamar al primer ministro qatarí, Mohammed bin Abdulrahman Al-Thani, y disculparse por el ataque aéreo en Doha.

"El ataque a Qatar tuvo el mayor impacto en el pensamiento de Trump... que si Israel intenta y bombardea a uno de los países que está tratando de poner fin a la ofensiva en Gaza, entonces eso va más allá de lo tolerable", señaló el experto, aludiendo a la propensión del Gobierno de Netanyahu a cruzar los límites de la moralidad.

Por otro lado, Zaha Hassan, abogada de derechos humanos y miembro sénior del Carnegie Endowment for International Peace, vincula la advertencia de Trump a Netanyahu con la próxima visita del príncipe heredero saudí Mohammed bin Salman, a quien la administración estadounidense está tratando de persuadir para que normalice las relaciones con Israel uniéndose a los Acuerdos de Abraham de 2020.

La semana pasada, el ministro israelí de extrema derecha Bezalel Smotrich se retractó de sus comentarios insultantes contra Arabia Saudí, en los que afirmó que Tel Aviv debería rechazar la oferta de normalización de Riad a cambio de un Estado palestino, aconsejando al liderazgo saudí que "siguiera montando camellos en el desierto".

Sin embargo, Hassan considera que es poco probable que Riad normalice las relaciones con Israel en esta coyuntura.

¿Hasta dónde llegará Israel?

Los analistas señalaron que las acciones de Netanyahu durante los últimos dos años han sido dictadas por su desesperación de aferrarse al poder, lo cual solo es posible con el apoyo de sus aliados de extrema derecha.

Además de enfrentar un juicio por corrupción, Netanyahu también ha visto desvanecerse el apoyo público por la ofensiva contra Gaza, especialmente en el asunto de los rehenes israelíes.

Por ahora, el primer ministro podría retrasar o encontrar una manera de posponer una votación futura si así lo desea, pero los grupos de extrema derecha en realidad no piensan en términos de un estado democrático normal, agregó Hawwash. "Piensan en términos de lograr la visión bíblica que tienen y que el derecho internacional no se aplica a Israel", apuntó.

Mientras Netanyahu detuvo la reciente legislación israelí sobre la anexión, justamente por la oposición de Trump, todos los ministros de su gobierno pertenecientes al partido Likud instaron a principios de este año a anexar Judea y Samaria, los nombres bíblicos judíos de Cisjordania ocuapada. Netanyahu es el líder de larga data del Likud.

Para la abogada Hassan, la iniciativa de anexión probablemente seguirá avanzando en el Parlamento israelí, dado el amplio apoyo entre los legisladores. Netanyahu la detuvo por ahora porque enfrentó "la presión extrema" de la administración estadounidense, añadió. 

No obstante, esta presión no significa que Washington apoye la solución de dos Estados, de la cual Trump "se echó para atrás", afirmó la abogada, refiriéndose a la vaga reacción del mandatario cuando el primer ministro británico, Keir Starmer, mencionó la solución de estadidad palestina durante una reciente visita a la Casa Blanca.

De hecho, Trump afirmó que no está de acuerdo con Starmer sobre el reconocimiento del Reino Unido del Estado palestino.

En junio, el embajador estadounidense en Israel, Mike Huckabee, también declaró que Washington ya no busca una solución de dos Estados.

Según Hassan, estas posturas sugieren que “la anexión en este momento no sería una desviación tan grande de donde está la posición estadounidense”. 

Sin embargo, EE.UU. —junto con sus aliados occidentales y musulmanes-árabes— también sabe que, si Israel se anexa Cisjordania ocupada ahora mismo, el alto el fuego en Gaza colapsará, algo que Trump no quiere ver, subrayó Hassan.

Hawwash está de acuerdo, señalando que, a pesar de la presión de la extrema derecha israelí a través de diferentes tácticas de sabotaje, incluida la anexión, EE.UU. no quiere un regreso de los bombardeos.

"EE.UU. comenzaría a ver que Israel no está actuando ni siquiera en su propio interés y que Trump podría intentar hacerlo entrar en razón", concluyó el analista político.