Israel amplía la “línea amarilla” en Gaza, dejando a decenas de familias atrapadas entre tanques
Las fuerzas israelíes volvieron a violar el alto el fuego en Gaza al avanzar en la “línea amarilla”, que marca las zonas que Tel Aviv mantiene ocupadas. En medio, la ONU y expertos alertan sobre destrucción de viviendas y riesgos humanitarios.
Decenas de familias palestinas quedaron atrapadas en el este de Ciudad de Gaza el jueves, luego de que el Ejército de Israel violara una vez más el acuerdo de alto el fuego, según alertaron las autoridades locales. Los tanques de Tel Aviv irrumpieron en áreas civiles para ampliar la llamada “línea amarilla”, que atraviesa el enclave de sur a norte y marca las zonas que las fuerzas israelíes mantienen bajo ocupación.
El ejército “amplió la zona delimitada desplazando los marcadores de división unos 300 metros hacia los barrios de Ash-Shaaf, An-Nazzaz y la calle Bagdad”, alertó la Oficina de Prensa de Gaza en un comunicado. Y añadió que la acción penetró aún más en zonas civiles, dejando atrapadas a las familias que no pudieron huir ante el avance de los tanques. Por eso “no se puede determinar la suerte” de muchas de estas personas por los continuos bombardeos.
A lo que se suma que, horas después, durante la noche del jueves, las fuerzas israelíes ejecutaron una operación de demolición masiva en las zonas que ocupa al este de Gaza, relataron testigos a la agencia de noticias Anadolu.
A lo que se sumó el asesinato a manos del ejército de un palestino desplazado que se encontraba al este de la “línea amarilla” en Jan Yunis, dentro la parte que Tel Aviv no controla. Según un comunicado del Hospital Nasser, el asesinato ocurrió en una zona donde se permite la presencia de palestinos en virtud del alto el fuego.
Israel ha incumplido de manera sistemática el acuerdo que entró en vigor el pasado 10 de octubre, al punto que desde entonces se han registrado 400 violaciones que han matado a más de 300 palestinos y herido a otros 760. Este avance en la “línea amarilla” ocurre apenas horas después de los ataques que Tel Aviv lanzó entre miércoles y jueves, cobrando la vida de al menos 31 personas en solo 24 horas.
Por eso, la Oficina de Prensa de Gaza hizo un llamado urgente para que los garantes del alto el fuego —Türkiye, EE. UU., Egipto y Qatar— actúen de inmediato y detengan “los crímenes en curso”.
Ante esta situación, la ONU volvió a manifestar, estar “profundamente” preocupada “por los ataques aéreos israelíes que hemos observado, en los cuales se reportaron muertes y heridos civiles”, afirmó el portavoz Stephane Dujarric, durante una rueda de prensa.
Dujarric añadió que “esto es un recordatorio claro de lo frágil que es el alto el fuego”. “Lo que necesitamos es que todos garanticen que el cese del fuego se mantenga y continúe manteniéndose”, añadió. Luego subrayó que “los civiles deben ser siempre protegidos y preservados del daño”.
Demoliciones de viviendas son un “acto de genocidio”
En la misma línea, el relator especial de la ONU sobre el derecho a una vivienda adecuada, Balakrishnan Rajagopal, advirtió que la continua destrucción de viviendas por parte de Israel en Gaza “forma parte de un acto de genocidio”. También sostuvo que la devastación en el enclave ha persistido incluso durante el alto el fuego alcanzado a principios de octubre.
En una entrevista con la agencia de noticias Anadolu, el relator afirmó que “Israel ha continuado matando personas y demoliendo viviendas, además de negar que la ayuda llegue en cantidades suficientes”.
Y explicó que “por lo tanto, el proceso de alto el fuego no se ha implementado plenamente y, lamentablemente, hasta ahora no existe un mecanismo que garantice el cumplimiento total”. Por eso, sostuvo que la situación en Gaza “no parece muy diferente de la época anterior a la firma del alto el fuego”.
“Todas las demás formas de destrucción, asesinatos y negación de ayuda continúan, y el territorio sigue bajo ocupación”.
“Domicidio”: un crimen de lesa humanidad
El relator indicó que Israel justifica la reiterada destrucción de viviendas en Gaza señalando que se trata de “objetivos militares”, pero “en casi todos los casos el gobierno israelí no ha presentado ninguna prueba de ello”.
Lo que se observa, explicó, “es la destrucción arbitraria y generalizada de todas las viviendas sin distinción alguna. Esto constituye una grave violación de las leyes de guerra, pero también es un crimen de lesa humanidad, y debido a la manera en que Israel ha estado llevando a cabo un genocidio en Gaza, además forma parte de un acto de genocidio”.
Rajagopal destacó que la mayoría de las demoliciones no ocurren durante combates activos, sino después de que Tel Aviv asegura el control total de un área. “Esos actos de demolición son completamente contrarios al derecho internacional. Lo he dicho muchas veces antes. Israel lo hacía antes del alto el fuego y sigue haciéndolo… Así que no es sorprendente en absoluto”, afirmó.
El relator acuñó un término para describir la magnitud de estas acciones: “domicidio”, la destrucción masiva de viviendas durante un conflicto. “Debemos reconocer esto como un acto de guerra, como un acto de genocidio y también como un crimen de lesa humanidad”, agregó.
Un otoño crítico para los desplazados
Por otro lado, la situación de los desplazados en Gaza sigue siendo crítica: más de 288.000 familias palestinas carecen actualmente de un refugio adecuado. Rajagopal describió los alojamientos disponibles como “muy precarios e insuficientes, muchos de ellos sobre uno o dos metros de agua.
Las áreas están inundadas, y con la llegada del invierno, las temperaturas extremadamente bajas agravan la situación. “Esto representa un peligro especial para los bebés, los niños, las mujeres y las personas mayores, mientras que la amenaza de enfermedades, incluidas las transmitidas por el agua, crece rápidamente. Nos encontramos en un momento sumamente crítico”.
Además, el experto sostuvo que Israel no ha autorizado la entrega de las tiendas y caravanas previstas en el plan de alto el fuego de 20 puntos. Muchos camiones de ayuda permanecen en la frontera, pero “Israel no permite que entren”.
“La falta de provisión de refugio forma parte de una estrategia deliberada para impedir que las personas tengan la protección necesaria para sentirse seguras, obligándolas a desplazarse continuamente. Esta es, de hecho, la única manera de garantizar que Gaza pueda ser gradualmente controlada bajo la creciente supervisión de Israel. Por lo tanto, forma parte de una estrategia de anexión, y es muy lamentable que se permita que continúe de esta manera”, concluyó Rajagopal.
Desde que comenzó el genocidio de Israel en Gaza el 7 de octubre de 2023, el impacto ha sido devastador: más de 69.500 palestinos asesinado, en su mayoría mujeres y niños, más de 170.000 heridos, y el enclave reducido a escombros. Sin embargo, hay expertos que advierten que estas cifras podrían estar subestimadas, y que el verdadero número de víctimas podría acercarse a los 200.000.