La venta de aviones F-35 de EE.UU. a Arabia Saudí, ¿afectará el equilibrio militar en Oriente Medio?
La adquisición de F-35 tras el reciente acuerdo con EE.UU. podría reforzar la ventaja militar de Arabia Saudí sobre Irán, aunque los expertos advierten que el arsenal de drones y misiles de Teherán aún podría superarlos en un ataque coordinado.
La visita del príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohammed Bin Salman, a la Casa Blanca tras siete años, confirmó al país árabe como un aliado estratégico clave de Estados Unidos fuera de la OTAN y subrayó su creciente influencia en la región de Oriente Medio.
Tal viaje resultó en un paquete de armas multimillonario y un pacto de defensa estratégica diseñado para reforzar el arsenal de Riad frente a sus rivales regionales.
El acuerdo, destinado al mayor comprador de armas estadounidenses, incluye un premio largamente esperado: la entrada al exclusivo club de operadores del F-35, el caza furtivo más avanzado fabricado en Estados Unidos, hasta ahora limitado en Oriente Medio solo a Israel.
“Venderemos F-35”, declaró el presidente de EE.UU., Donald Trump, refiriéndose a Riad como un “gran aliado” junto a Israel. La luz verde al tratado, pese a las advertencias del Pentágono sobre riesgos de espionaje chino, ha desatado un intenso debate.
Tel Aviv también expresó su descontento, aunque de manera contenida, exigiendo que el trato se condicione al establecimiento de relaciones diplomáticas formales entre Israel y Arabia Saudí.
Ahora bien, la joya de la corona del contratista estadounidense Lockheed Martin, el F-35, no es un avión de guerra convencional. Con revestimientos furtivos que lo hacen casi invisible al radar, sensores avanzados y sistemas de guerra electrónica capaces de neutralizar las defensas enemigas, este caza ha redefinido el combate aéreo moderno.
Israel desplegó escuadrones de F-35 en su guerra de 12 días contra Irán a principios de este año para atacar instalaciones nucleares.
Arabia Saudí, que en ocasiones se ha visto sobrepasada por ataques de drones y misiles de los hutíes con base en Yemen y también de Irán, planea adquirir hasta 48 F-35 para modernizar su envejecida flota de F-15, fabricados en Estados Unidos, y los Typhoon europeos.
El precio de un solo F-35 oscila entre 80 millones y 110 millones de dólares, dependiendo de su variante y características adicionales.
Gokhan Ereli, coordinador de Estudios del Golfo en el Centro de Estudios de Oriente Medio (ORSAM, por sus siglas en inglés) con sede en Ankara, considera que esta adquisición representa un cambio radical para las capacidades de disuasión de Riad.
“Si Arabia Saudí recibe estos aviones, obtendrá superioridad aérea no solo contra Irán, sino también contra otros actores en el Golfo y Oriente Medio”, señaló Ereli en diálogo con TRT World.
Comparó esta ventaja táctica con el reciente dominio de Israel sobre Irán, donde los F-35 penetraron el espacio aéreo iraní sin ser detectados.
Indicó que incluso el solo hecho de poseer estas aeronaves podría actuar como un elemento disuasorio para que Irán no ataque a las naciones del Golfo.
Ryan Bohl, analista senior de Oriente Medio en RANE Network, una empresa global de inteligencia de riesgos, afirmó a TRT World que el acuerdo pondrá a Irán aún más en desventaja frente a la fuerza aérea de Arabia Saudí.
Sin embargo, advirtió que el arsenal iraní de drones baratos, misiles balísticos y de crucero aún podría superar a los F-35 en un ataque masivo de saturación.
“Si los iraníes inician un ataque de enjambre o lo combinan con un ataque a gran escala de misiles balísticos y de crucero contra Arabia Saudí, entonces el F-35 no es necesariamente un cambio radical contra el arsenal actual de Irán”, indicó Bohl.
Por su parte, Mauro Gilli, profesor de estrategia militar y tecnología en la Escuela Hertie de Berlín, señaló que Israel y Arabia Saudí compartieron durante años un objetivo similar respecto a la amenaza iraní. “Ahora, sin embargo, la amenaza iraní ha desaparecido en su mayoría. Entonces la pregunta es: ¿cómo evolucionará el equilibrio de poder en la región?”. Gilli concluyó que la adquisición de F-35 por parte de Arabia Saudí “no cambiaría mucho” mientras Riad y Tel Aviv no se enfrenten en hostilidades directas.
La ventaja militar cualitativa de Israel
En el centro del debate sobre la venta del F-35 se encuentra la "ventaja militar cualitativa", conocida como QME por sus siglas en inglés, de Israel, un compromiso legal estadounidense desde los años del presidente Reagan (1981-89) para garantizar la superioridad tecnológica de Tel Aviv sobre sus vecinos.
Esta es la razón por la que los F-35 vendidos a Riad probablemente serán las variantes inferiores, rezagadas tanto tecnológica como numéricamente respecto a la flota de los mismos aviones operados por Israel.
Ereli de ORSAM afirmó que Israel continuará manteniendo una ventaja probada en el campo de batalla contra Arabia Saudí.
“Si bien puede existir una igualdad saudí-israelí sobre el papel, la superioridad táctica de Israel continuará. Esto se debe a que Israel ha estado operando estos aviones de combate durante mucho tiempo y los ha probado en el campo de batalla”, aseguró.
Al responder a una pregunta durante su reunión con el príncipe heredero en la Casa Blanca, Trump desestimó las preocupaciones sobre la QME, diciendo que tanto Arabia Saudí como Israel merecían tener variantes “de primera línea” del F-35.
Bohl, sin embargo, predice que la oposición israelí podría retrasar las entregas de los codiciados aviones de guerra.
“No está claro cómo el acuerdo actual gestionará la QME de Israel. Los israelíes han dicho que se oponen al acuerdo precisamente por esa razón”, manifestó. Israel no parece estar usando su influencia para detener el acuerdo, en parte debido a las “relaciones relativamente frías” entre el actual gobierno israelí y la administración Trump, añade.
Funcionarios israelíes ya han instado a que el acuerdo esté condicionado a que Riad se una a los Acuerdos de Abraham, un conjunto de acuerdos destinados a normalizar las relaciones diplomáticas entre Israel y países árabes.
“Si ese es el caso, entonces pueden pasar años antes de que los saudíes reciban alguna vez los F-35, si es que lo hacen”, argumentó Bohl.
En contraste, Arabia Saudí se mantiene firme en que cualquier normalización de relaciones con Israel debe seguir a un acuerdo que proporcione un “camino claro hacia un estado palestino”.
La amenaza de China
Otro aspecto que se cierne sobre el acuerdo del F-35 es el de la filtración tecnológica a China, el principal socio comercial de Riad y un colaborador militar en crecimiento.
Un informe de la Agencia de Inteligencia de Defensa de Estados Unidos afirmó que los lazos de seguridad de Beijing con Arabia Saudí son una posible herramienta para el espionaje, comprometiendo potencialmente los sensores y redes del F-35. Según Gilli, operar un F-35 le da a un país acceso a los sensores avanzados y capacidades de guerra electrónica del avión.
Estas capacidades incluyen el sistema que esquiva los radares enemigos, permitiendo así que la aeronave entre en espacio aéreo extranjero sin ninguna amenaza real.
Ereli ve los lazos entre Riad y Beijing como una preocupación persistente para Estados Unidos, pero no un factor que rompa el acuerdo. “En todas las relaciones de equipamiento de defensa y seguridad de Estados Unidos con los países del Golfo, existe la preocupación de que tales tecnologías puedan ser compartidas o ‘capturadas’ por China”.
Pero dado que se necesita la aprobación del Congreso para la venta de tecnologías avanzadas como el F-35, así como las fuertes inversiones de Arabia Saudí en defensa y otros sectores críticos dentro de Estados Unidos, Ereli indicó que tal filtración tecnológica no es más que una “posibilidad remota”. Agregó que los legisladores demócratas de oposición en Estados Unidos aún intentarán bloquear la venta.
Pero Bohl resta importancia a esto, afirmando que Estados Unidos “casi con seguridad” exigirá ciertas salvaguardas como parte del acuerdo.
“Puede ser que los F-35 solo puedan desplegarse en ciertas bases aéreas donde esas salvaguardias sean posibles”, explicó.
Bohl concluyó que el historial de derechos humanos de Arabia Saudí sigue siendo motivo de preocupación para miembros clave del Congreso, mientras que muchos otros se preocupan por mantener la QME de Israel. “Todas esas dinámicas crean un camino accidentado para el Congreso”.