“No son las drogas, es el petróleo”: Venezuela eleva su denuncia por presión de EE.UU. ante la ONU
La sesión de emergencia en el Consejo de Seguridad de la ONU, convocada a petición de Venezuela tras el bloqueo de EE.UU. a buques petroleros sancionados, expuso las preocupaciones de la comunidad internacional. Estos fueron los principales puntos.
Convocada con carácter urgente, la sesión del Consejo de Seguridad de la ONU sobre Venezuela, celebrada este martes, reflejó un fuerte choque diplomático por la campaña de presión que Estados Unidos mantiene sobre el país latinoamericano. Tras cuatro meses de un amplio despliegue militar y una ofensiva en el Caribe y el Pacífico oriental –que ha incluido ataques letales, incautaciones de buques petroleros y la orden de un bloqueo “total y completo”–, Caracas solicitó la reunión. Durante su intervención, denunció las medidas de Washington como “piratería de Estado”, mientras Rusia y China –aliados de Venezuela– las calificaron de “agresión ilegal”. Pero EE.UU. no cedió en su posición al defender sus acciones como parte de su política de “máxima presión”.
El embajador de Venezuela para Naciones Unidas, Samuel Moncada, sostuvo ante el Consejo de Seguridad que la incautación de Washington de dos buques petroleros, así como el crudo que transportaban, es un caso de “piratería de Estado”. En ese sentido, señaló que se trata de una forma moderna de crimen marítimo orquestada por una potencia soberana.
Este fin de semana, las fuerzas estadounidenses incautaron el buque Centuries, con bandera de Panamá, apenas días después de que se apropiaran del barco Skipper el pasado 10 de diciembre. Sin embargo, Washington no tiene potestad para intervenir buques en aguas internacionales pues la soberanía es exclusivamente del país al que corresponde la bandera que iza. Posteriormente, este lunes, el presidente de EE.UU., Donald Trump, confirmó que su país se quedará tanto con el crudo como con las embarcaciones.
De ahí que en su intervención, Moncada afirmara que el Gobierno de Trump pretende un control total sobre el territorio venezolano, sus reservas petroleras y su riqueza minera, bajo la amenaza explícita de una intervención armada. “Hoy se han caído las máscaras”, declaró.
“Todas las excusas tóxicas utilizadas para envenenar a la opinión pública se enfrentan a una dura realidad: altos funcionarios de Estados Unidos anunciando sus verdaderos objetivos. No son las drogas, no es la seguridad, no es la libertad. Es el petróleo, son las minas y es la tierra”, aseveró.
En este sentido, el embajador calificó dichas exigencias como una “confesión del crimen de agresión”, así como un intento de anexión colonial que revive la Doctrina Monroe, la política con la que EE.UU. marcó a América Latina como su “zona de influencia” desde el siglo XIX. Y acusó al presidente estadounidense de querer “regresar el reloj de la historia 200 años para imponer una colonia en Venezuela".
Eso sí, advirtió al Consejo de Seguridad que su país es apenas el “primer objetivo” de un plan geopolítico más amplio destinado a dominar América Latina. A su consideración. Washington "pretende imponerse sobre los derechos fundamentales de todos los Estados del continente americano, aún a costa de la destrucción de la ONU".
El embajador sostuvo además que el actual bloqueo “total” de EE.UU. a los petroleros sancionados que entren y salgan de Venezuela es un acto militar calculado, diseñado para sitiar al país con el fin de degradar sus capacidades económicas y militares, erosionar la cohesión social para facilitar el caos interno, y provocar un ataque armado externo mediante la creación de un estado de vulnerabilidad.
Asimismo, formuló una grave acusación en materia de seguridad aérea, al señalar que fuerzas militares estadounidenses están llevando a cabo una campaña de guerra electrónica en la región. Según afirmó, personal de EE.UU. estaría “cegando” deliberadamente los instrumentos de navegación de aeronaves civiles que transitan el espacio aéreo venezolano. Moncada citó al menos dos incidentes de “casi colisión”, en los que aviones civiles estadounidenses estuvieron a segundos de impactar con aeronaves militares de su propio país debido a estas interferencias.
Washington mantiene su postura con sanciones al “máximo”
Por su parte, el embajador de Estados Unidos ante la ONU, Mike Waltz, quien intervino antes que Moncada, defendió la postura de Washington al afirmar que se implementarán sanciones “al máximo” sobre Venezuela para privar al Gobierno del presidente de Nicolás Maduro de recursos. El diplomático repitió las acusaciones carentes de pruebas de que el mandatario latinoamericano supuestamente financia redes criminales y de “narcotráfico”.
“Estados Unidos aplicará las sanciones en su máxima expresión para privar a Maduro de los recursos que utiliza para financiar al Cartel de los Soles”, declaró Waltz sobre una organización con la que Washington ha intentado justificar su presión sobre Caracas, pero cuya existencia han puesto en duda diversos expertos e investigadores sobre crimen organizado. Siguiendo ese discurso, Waltz añadió que en esa política de mano dura están “las ganancias derivadas de la venta de petróleo utilizadas para financiar a cárteles”.
Asimismo, reiteró que Trump ha sido “muy claro” en su intención de emplear toda la capacidad de Estados Unidos para erradicar a los cárteles de la droga que, según afirmó, han operado con impunidad en el hemisferio. Este ha sido el principal argumento empleado –y repetido– por la Casa Blanca para defender lo que ha enmarcado como una supuesta lucha contra el narcotráfico. Y, siguiendo esa línea discursiva, Waltz describió a los petroleros sancionados como la “principal línea de vida económica” de lo que insistió es un liderazgo “ilegítimo”.
Frente a las críticas de otros miembros de la ONU, el embajador estadounidense defendió las acciones de su país y dijo que el gobierno hará “todo lo que esté a su alcance” para proteger sus fronteras, su hemisferio y sus intereses de seguridad nacional”.
Rusia y China condenan el bloqueo de EE.UU.
En paralelo a las denuncias presentadas por Caracas, Rusia y China expresaron su respaldo a Venezuela durante la sesión, al condenar el bloqueo de EE.UU. y acusar a este país de agresión ilegal e intimidación.
Ambos países cuestionaron la decisión de Washington de impedir el ingreso y la salida de buques petroleros sancionados de Venezuela, al advertir que esta medida podría desestabilizar a América Latina y sentar un precedente peligroso en el plano internacional.
El embajador de Rusia ante la ONU, Vassily Nebenzia, calificó el bloqueo como un “verdadero acto de agresión” y un uso ilegal de la fuerza. “El llamado bloqueo total y completo tiene como objetivo ejercer presión militar, política y económica con el objetivo de un cambio de régimen que resulta incómodo para Estados Unidos”, afirmó.
Asimismo, advirtió que Washington será responsable de las consecuencias humanitarias del bloqueo, al describirlo como una “conducta propia de cowboys” que amenaza el bienestar de la población civil venezolana. Nebenzia también alertó de que la acción estadounidense podría convertirse en “un modelo para futuros actos de fuerza contra Estados latinoamericanos”, al sostener que Washington solo respeta la soberanía cuando los gobiernos se alinean con sus intereses.
China se sumó a las críticas de Rusia, acusando a Estados Unidos de intimidación y de adoptar un comportamiento desestabilizador. "China se opone a todos los actos de unilateralismo e intimidación y apoya a todos los países en la defensa de su soberanía y dignidad nacional", declaró el representante Sun Lei.
Funcionario de la ONU: restricciones a Venezuela podrían agravar la economía del país
Durante la sesión también se puso el foco en las recientes restricciones aéreas y marítimas impuestas por Estados Unidos a Venezuela.
Khaled Khiari, secretario general adjunto para Oriente Medio, Asia y el Pacífico de los Departamentos de Asuntos Políticos y de Consolidación de la Paz, advirtió que estas medidas podrían agravar aún más la ya “frágil” economía del país sudamericano.
El funcionario señaló que la economía venezolana ya sufre “una erosión generalizada de los ingresos”, y que con “las recientes restricciones aéreas y marítimas, junto con la reducción de las exportaciones, corren el riesgo de limitar aún más la capacidad fiscal”.
Asimismo, indicó ante los miembros del consejo que la presencia y las operaciones militares de Estados Unidos en el Caribe sur, frente a las costas de Venezuela, han aumentado desde la última vez que el órgano abordó la situación, el pasado 10 de octubre, “intensificando aún más las tensiones entre ambos países”.
Si bien algunos aliados regionales han respaldado las medidas estadounidenses, Khiari subrayó que otros Estados miembros, tanto dentro como fuera de la región, han expresado su preocupación por la militarización del Caribe sur y han subrayado la importancia de respetar la soberanía nacional y el derecho internacional. Varios de ellos han pedido una desescalada y el inicio de un diálogo.
EE.UU. refuerza su presencia militar en el Caribe, según informe
En medio de las crecientes condenas en la ONU por sus acciones contra Venezuela, Estados Unidos no retrocede y acelera el refuerzo de su presencia militar en la región.
Según informó este lunes el diario The Wall Street Journal, Estados Unidos envió esta semana aeronaves adicionales de operaciones especiales, junto con aviones de carga que transportaban tropas y equipos, al Caribe, en un contexto de ampliación de sus opciones militares en la región.
De acuerdo con el diario, que citó a un funcionario estadounidense, al menos 10 aeronaves CV-22 Osprey de rotores basculantes —utilizadas por fuerzas de operaciones especiales— volaron el lunes por la noche a la región desde la base aérea de Cannon, en el estado de Nuevo México.
El informe añadió que aviones de carga C-17 procedentes de las bases del Ejército de Fort Stewart y Fort Campbell arribaron el lunes a Puerto Rico, según datos de seguimiento de vuelos. Otro funcionario estadounidense confirmó que personal militar y equipos fueron trasladados a bordo de estas aeronaves.
Consultado sobre movimientos específicos de tropas, un portavoz del Comando Sur de Estados Unidos, responsable de las operaciones militares en América Latina, señaló que estos desplazamientos son rutinarios y forman parte de la práctica militar estándar.
“Como práctica habitual y por razones de seguridad operativa, no divulgamos detalles ni comentamos sobre los movimientos y actividades del personal o los activos estadounidenses, ni sobre operaciones o rutas específicas”, afirmó el portavoz, según el diario.
“Tenemos una armada masiva formada, la más grande que hemos tenido jamás y, con diferencia, la mayor que hemos desplegado en América del Sur”, declaró Trump a periodistas el lunes. Al referirse a la posibilidad de ataques terrestres en Venezuela, añadió: “Pronto comenzaremos el mismo programa en tierra”.