17 de abril de 2025
No es solo el regreso de unos restos. Es el regreso de una historia que intentaron enterrar. Fernando Túpac Amaru, hijo del líder de la gran rebelión andina, fue obligado a presenciar el asesinato de su familia, exiliado y olvidado. Más de dos siglos después, tras gestiones con el Gobierno español, sus restos simbólicos vuelven a Cusco, cerrando así una herida abierta en la memoria del Perú.
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