Durante la guerra de Bosnia no solo hubo francotiradores: también, según nuevas investigaciones, hubo “turismo de guerra”.
La Fiscalía de Milán abrió en 2025 una causa penal a partir de una denuncia del periodista italiano Ezio Gavazzeni y el exjuez Guido Salvini, que señalan que extranjeros adinerados habrían pagado sumas elevadas —del orden de 80.000 a 100.000 euros actuales, en torno a 100.000 dólares— para viajar a posiciones serbobosnias y disparar contra civiles en el Sarajevo sitiado.
El caso, conocido como “Sarajevo Safari”, investiga a ciudadanos italianos presuntamente vinculados a la extrema derecha, con apoyo logístico de los servicios de seguridad serbios y del ejército de la Republika Srpska. La tipificación que maneja la Fiscalía es homicidio intencional con agravantes de crueldad y motivos abyectos, y se enmarca en las violaciones graves de derechos humanos cometidas entre 1992 y 1996.
De momento son alegaciones bajo investigación: no hay condenas ni responsables identificados, pero el solo hecho de que la justicia italiana haya abierto el caso confirma que estas denuncias —ya apuntadas por periodistas y por el documental Sarajevo Safari— se están tomando en serio a nivel judicial.

