hace 3 horas
Mientras Gaza queda reducida a escombros, la industria armamentística hace caja.
Las exportaciones de armas de Israel alcanzan cifras récord y las grandes contratistas militares —respaldadas por gigantes financieros— celebran beneficios, pedidos y contratos en alza.
No son vínculos lejanos: los cazas, misiles y proyectiles que producen se usan hoy sobre el terreno. La ofensiva vuelve a demostrarlo: para algunos, la guerra no es tragedia, es negocio.

