Microsoft celebra medio siglo de innovación, pero ¿qué ocurre cuando esa innovación se pone al servicio de la guerra?
Durante el aniversario de la empresa, dos empleadas interrumpieron el evento para denunciar que Microsoft está ayudando al ejército israelí a cometer crímenes de guerra en Gaza. Lo hicieron frente a Bill Gates, Satya Nadella y los altos ejecutivos de la firma. Luego, renunciaron por motivos éticos. Microsoft quiso hacer ver que las había despedido.Pero detrás de ese gesto hay una pregunta incómoda que resuena dentro y fuera de la empresa: ¿Nuestro código mata niños?
Porque no se trata solo de una denuncia simbólica: Microsoft provee infraestructura, IA y personal al ejército israelí, colabora con unidades militares y ayuda a gestionar datos para operaciones ofensivas. Todo esto mientras sanciona a quienes se atreven a cuestionarlo.
¿Qué responsabilidad tienen las grandes tecnológicas cuando su software se convierte en arma?

