Las luces de la Navidad vuelven a encenderse en los corazones de los cristianos de Gaza tras dos años de genocidio. No ocurre lo mismo con las luces decorativas que antes marcaban la festividad, ni con los adornos ni con los árboles tradicionales. La celebración regresa, pero marcada por la ausencia de cientos de miembros de su comunidad asesinados bajos ataques de Israel y por los desafíos de una ayuda humanitaria que sigue siendo insuficiente.
Así, la festividad asoma con cautela en la Iglesia de la Sagrada Familia de Gaza, corazón de la pequeña comunidad católica del enclave. “Durante dos años muchas personas perdieron a sus madres, hermanos o seres queridos, y la tristeza se extendió entre mucha gente, dentro y fuera de la iglesia”, dice Amin Sabagh, miembro de la parroquia, en diálogo con la agencia de noticias EFE.
Antes de la ofensiva, la Navidad se extendía por casas, comercios y calles. Hoy, muchos de esos espacios ya ni siquiera existen. “Hemos perdido casas, centros y, lo más importante, personas”, lamenta George Anton, director de operaciones del Patriarcado Latino en Gaza. La comunidad cristiana del enclave, añade, se ha reducido de forma drástica en los últimos dos años. De unas 1.100 personas antes de la ofensiva, quedan ahora alrededor de 500, debido a los asesinatos y a los desplazamientos dentro y fuera de Gaza.
Las dos últimas Navidades se limitaron exclusivamente a actos religiosos dentro de la iglesia. La situación de inseguridad extrema, provocada por los bombardeos israelíes constantes, impedía incluso recorrer los pocos metros que separan la calle del interior del templo. La iglesia se había convertido entonces en refugio para numerosas familias cuando, en julio de este año, una bomba estalló en la entrada del edificio.
Una esquirla de esa bomba israelí sigue incrustada en lo alto del templo, cerca de la cruz. Como es tradición, la congregación colocó una corona verde en ese lugar. “Cada vez que miramos la fachada recordamos a cuatro personas que murieron ese día”, dice Sabagh.
Refugio y esperanza
Los adornos que hoy decoran la iglesia son los que sobrevivieron a los bombardeos. Estuvieron guardados durante todo este tiempo y muchos resultaron dañados. “No hay artículos nuevos en los mercados. Dependemos de lo que ya teníamos”, explica Sabagh, aunque destaca una leve mejora del ánimo: “Las cosas han comenzado a cambiar y hemos empezado a pensar en cómo alegrar a los niños y también en cómo poder alegrarnos a nosotros mismos”.
“Estamos muy contentos porque estamos decorando la iglesia para la Navidad”, cuenta Maryam Hazem Tarzi, de 13 años, a EFE. La joven vive en el templo, que sigue funcionando como refugio, desde octubre de 2023. Aunque afirma que todavía se escuchan disparos y explosiones ocasionales, dice sentirse algo más segura. Y que, para ella y otros niños, volver a colgar adornos es un gesto de entusiasmo y esperanza tras un largo período de tristeza.
“El conflicto sigue ahí”
En su mensaje navideño, el Patriarca Latino de Jerusalén, el cardenal Pierbattista Pizzaballa, quien presidió este domingo una misa en el enclave, elogió la determinación de los gazatíes de “volver a la vida”.
“La situación de la comunidad cristiana (en Gaza) no es muy diferente de las otras. Lo han perdido todo y están viviendo aquí de una manera muy precaria”, dijo. “Esperamos que la ofensiva haya terminado. El conflicto sigue ahí, todos los problemas siguen ahí, pero creo que es hora de mirar hacia adelante y no centrarnos solo en las consecuencias negativas de los ataques”, añadió.
Pizzaballa expresó esperanza, asegurando que la situación ha mejorado desde el alto el fuego y que está ingresando comida, lo que ha aliviado la situación. No obstante, remarcó que la gente sigue viviendo en tiendas de campaña, en condiciones “miserables”, y la mayoría de las escuelas permanecen cerradas. También apuntó a que la "pobreza extrema" persiste así como la escasez de antibióticos y otros equipos médicos.
Israel solo permitió el ingreso del 41% de la ayuda humanitaria acordada
Por su parte, Israel únicamente permitió el ingreso del 41% de la ayuda humanitaria acordada para Gaza, mientras la población palestina continúa enfrentando una crisis humanitaria extrema, según denuncias de organismos internacionales y autoridades locales.
En este sentido, la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA) advirtió que las condiciones humanitarias en el enclave siguen siendo críticas y no han mejorado, pese a que el alto el fuego entró en vigor hace más de dos meses, desde el 10 de octubre. “En Gaza, las condiciones continúan siendo extremas y las necesidades humanitarias son abrumadoras. Las familias siguen soportando graves carencias y una destrucción generalizada”, afirmó la agencia este martes en un comunicado publicado en la red social X.
Al citar el último informe de la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria (IPC, por sus siglas en inglés), respaldada por la ONU, la UNRWA señaló que 1,6 millones de personas enfrentan inseguridad alimentaria aguda en el enclave. “Gaza sigue siendo una crisis de hambre provocada por el hombre”, remarcó el comisionado general de la agencia, Philippe Lazzarini.
La escasez de alimentos y suministros se debe, informó la Oficina de Medios de Gaza, a que Israel no cumple con sus obligaciones humanitarias establecidas en el acuerdo. En un comunicado emitido el lunes, precisó que solo ingresaron 17.819 camiones de ayuda de los 42.800 acordados.
Esto equivale a un promedio de 244 camiones diarios, muy por debajo de los 600 envíos estipulados en el acuerdo, lo que representa un nivel de cumplimiento de apenas el 41%, detalló la declaración.
En cuanto al combustible, las entregas también fueron severamente restringidas. Solo 394 camiones de combustible ingresaron a Gaza, de los 3.650 acordados en el marco del alto el fuego. “Esto significa que la ocupación cumplió solo con el 10% de las cantidades de combustible pactadas”, advirtió la oficina, al señalar que la escasez dejó a hospitales, panaderías y sistemas de agua y saneamiento “casi completamente fuera de servicio”.
La entidad denunció que Israel se niega a permitir el ingreso de tiendas de campaña, viviendas móviles, caravanas y otros materiales de refugio. Según el comunicado, estas restricciones, que incluyen maquinaria, también contribuyeron al colapso de 46 edificios dañados durante las recientes tormentas invernales, lo que provocó la muerte de 15 palestinos.
Pero además los ataques de Israel siguen, incumpliendo el alto el fuego. La entidad denunció que el ejército de Tel Aviv cometió al menos 875 violaciones que asesinaron a 405 palestinos e hirieron al menos a 1.115 personas en los últimos dos meses.
Detalló que hubo 265 disparos directos contra civiles, 49 incursiones militares en zonas residenciales, 421 ataques de artillería y 150 casos de demolición de viviendas.
Desde el inicio de la ofensiva en octubre de 2023, Israel ha matado a casi 71.000 palestinos, en su mayoría mujeres y niños, y ha herido a cerca de 171.000. Sin embargo, se estima que la cifra real de muertos es mucho mayor, ya que miles de personas continúan atrapadas bajo los escombros.
















