El despliegue militar de Estados Unidos en el Caribe se ha prolongado durante más de cuatro meses, y este lunes el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, lo volvió a denunciar al calificarlo de “terrorismo psicológico”, en medio de las crecientes tensiones entre ambos países. Su mensaje coincide con la polémica que atraviesa Washington por los reportes de un doble ataque contra una embarcación en aguas internacionales, luego de que el primer impacto dejara sobrevivientes. La Casa Blanca y el secretario de Guerra, Pete Hegseth, no sólo respaldaron la acción militar, sino que aseguraron que se apegó a las normas. Pero según los demócratas y el Manual sobre el Derecho de la Guerra del Departamento de Defensa esto podría constituir un crimen de guerra.
"Hemos vivido 22 semanas de una agresión que se puede calificar como terrorismo psicológico, son 22 semanas que nos han puesto a prueba y el pueblo de Venezuela ha puesto a prueba su amor a la patria", sostuvo Maduro a las afueras del Palacio de Miraflores, en Caracas, tras una marcha convocada por su gobierno.
El mandatario añadió que, sin embargo, estas 22 semanas han sido "bien aprovechadas" para el entrenamiento de los miembros de la Milicia Nacional Bolivariana, que forma parte de la Fuerza Armada. Según Maduro, el entrenamiento militar de civiles ha llevado a Venezuela a un punto de capacidad defensiva que "nunca antes" había tenido.
Momentos antes, durante la manifestación, Maduro sostuvo que su nación nunca aceptará una “paz de esclavos”, informó el medio Al Jazeera. En sus declaraciones prometió “lealtad absoluta” a los venezolanos y afirmó que la nación busca una paz basada en la “soberanía, igualdad y libertad”. “No queremos una paz de esclavos, ni la paz de colonias. ¡Colonia, nunca! ¡Esclavos, nunca!”, sostuvo mientras los asistentes ondeaban las banderas del país.

Hegseth, en el centro de la polémica por doble ataque en el Caribe
Mientras Maduro denuncia la “agresión” de Washington, el Gobierno de EE.UU. enfrenta una tormenta política por la ofensiva lanzada en el Caribe contra embarcaciones a las que acusa, sin pruebas, de traficar drogas. El secretario de Defensa, Pete Hegseth, le salió al paso este lunes a los reportes sobre el doble ataque contra una lancha el pasado 2 de septiembre, que mató a los sobrevivientes que quedaron tras el primer impacto.
Hegseth respaldó al almirante Mitch Bradley, comandante de la División de Operaciones Especiales, al afirmar que apoyaba la decisión de haber autorizado el segundo ataque contra la embarcación. "Dejemos algo perfectamente claro: el almirante Mitch Bradley es un héroe estadounidense, un verdadero profesional, y cuenta con mi apoyo absoluto. Mantengo mi respaldo a él y a las decisiones de combate que ha tomado, en la misión del 2 de septiembre y en todas las posteriores”, escribió el secretario en la red social X.
Sobre el mismo caso, la secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, señaló horas antes este lunes, que Hegseth "autorizó" al almirante Bradley a ejecutar el doble ataque, pero aclaró que el secretario no dio la orden directamente. Hegseth “autorizó al almirante Bradley a realizar estos ataques cinéticos. El almirante Bradley actuó plenamente dentro de su autoridad y de la ley, dirigiendo la operación para asegurar que la embarcación fuera destruida y que la amenaza contra Estados Unidos quedara eliminada", afirmó Leavitt.
Sin embargo, las dudas sobre la legalidad de la operación surgen al consultar documentos como el Manual sobre el Derecho de la Guerra del Departamento de Defensa (2023) que señala explícitamente que a los militares se les exige el requisito de “negarse a cumplir órdenes que cometan violaciones” a las leyes de guerra, incluidas aquellas órdenes “para realizar conductas claramente ilegales o a órdenes que el subordinado sabe, de hecho, que son ilegales. Por ejemplo, las órdenes de disparar contra náufragos serían claramente ilegales”.
Es decir, el ejemplo consignado en el manual del propio Departamento de Guerra es exactamente la conducta que se habría incumplido el pasado 2 de septiembre. A eso se suma que desde que empezaron estos ataques en el Caribe, múltiples expertos y líderes han señalado que quienes iban en las embarcaciones son civiles y sus supuestos vínculos con el narcotráfico –que dicho sea de paso la Casa Blanca no ha probado– no justifican el uso de la fuerza letal, por lo que las acciones constituirían ejecuciones extrajudiciales. Organizaciones de derechos humanos han señalado además que los operativos letales violan el derecho internacional.
Demócratas cuestionan el doble ataque
En este contexto, el líder de la minoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, instó a Hegseth a publicar las grabaciones "que mostrarían exactamente lo que ocurrió durante estos ataques militares". "Debería hacer públicas esas grabaciones”, señaló ante la respuesta del secretario de que lo reportado por The Washington Post sobre el doble ataque “no es correcto”. “Entonces, ¿por qué no publicar las grabaciones y demostrarlo?", insistió Schumer.
Además, el senador advirtió que, si las acciones de Trump contra Venezuela continúan, el Congreso podría intervenir directamente. El líder demócrata amenazó con someter a votación una resolución de poderes de guerra para intentar limitar el despliegue militar estadounidense en el Caribe.
"Si Donald Trump continúa con sus acciones contra Venezuela, presentaremos de inmediato una Resolución de Poderes de Guerra para bloquear el despliegue de fuerzas estadounidenses en Venezuela", escribió en la red social X, subrayando que "el poder de declarar la guerra reside únicamente en manos del Congreso, no de Donald Trump".
En otro de sus mensajes, Schumer agregó: "Trump parece estar planeando una guerra totalmente secreta. Sin autorización del Congreso. Sin transparencia. Sin explicación. Los estadounidenses no queremos otra guerra eterna, y Trump no tiene la autoridad para enviar nuestras tropas a la guerra sin nuestra aprobación".
Trump se reúne con su Consejo de Seguridad Nacional
En medio del creciente escrutinio sobre la legalidad de los ataques de Washington en el Caribe, la Casa Blanca confirmó que Trump se reunió este lunes con su Consejo de Seguridad Nacional para abordar la situación de Venezuela.
"Confirmo que el presidente se reunirá con su equipo de Consejo de Seguridad Nacional para tratar este tema (de Venezuela) y muchos otros", señaló Leavitt, al ser preguntada por el encuentro, reportado inicialmente por la cadena CNN citando fuentes anónimas.
Leavitt evitó ofrecer detalles específicos sobre los asuntos a tratar y, en cambio, enfatizó que se trata de una reunión rutinaria. "Trump se reúne con su equipo de Seguridad Nacional con frecuencia. Es el comandante en jefe. Parte de su responsabilidad es garantizar la paz en todo el mundo", explicó.
La secretaria de Prensa no respondió si Trump tomó una decisión final sobre una posible intervención estadounidense y se negó a descartar la posibilidad de un despliegue de tropas estadounidenses en suelo venezolano. De hecho, mantuvo la ambigüedad de la Casa Blanca sobre el asunto. "Hay opciones disponibles para el presidente, y dejaré que él se exprese sobre ellas", declaró.



















