La primera dama de Türkiye, Emine Erdogan, quien también preside el Consejo Consultivo de Alto Nivel sobre Cero Residuos de la ONU, destacó el patrimonio cultural de Anatolia que tiene siglos de antigüedad, e instó a una acción internacional más contundente para proteger Gaza.
"La vida en Anatolia es una hoja de ruta que muestra cómo se pueden alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible. Porque las puertas de Anatolia han estado abiertas a la fertilidad, la acumulación y las habilidades basadas en miles de años de experiencia", declaró este martes Emine Erdogan al recibir en la Casa Turca de Nueva York a las esposas de varios jefes de Estado, en el marco de la Asamblea General de la ONU. El evento hizo parte del proyecto "Los Anatolios", que se desarrolla bajo su auspicio.
Erdogan y las primeras damas de diversos estados y gobiernos recorrieron una exposición organizada por el Ministerio de Industria y Tecnología de Türkiye, que exhibió el conocimiento, la artesanía y el patrimonio cultural milenarios de Anatolia, combinados con diseño moderno.
La exposición presentó alrededor de 40 tejidos tradicionales, alfombras hechas a mano, joyería de filigrana y kazaziye, muestras de cerámica, baúles de nogal y objetos de cobre martillados a mano. Los invitados atravesaron puertas temáticas con las etiquetas "Ciclo", "Continuidad", "Solidaridad" y "Maestría", que simbolizan la cultura productiva de Anatolia.
"La globalización sumerge a las culturas locales"
En su discurso, Erdogan expresó su satisfacción por recibir a los invitados en el marco de la Asamblea General de la ONU y poder mostrarles el rico patrimonio de Anatolia.
"Todas las culturas, todos los lenguajes, todas las religiones se unen para formar una magnífica sinfonía humana. Sin embargo, la globalización sumerge a las culturas locales en una misma bolsa, dejando un mundo cada vez más uniforme, monofónico y monocromático". Por eso, destacó que, si bien existen más de 7.000 idiomas, se prevé que la mitad desaparezcan para finales del siglo XXI. La muerte de un idioma, afirmó, significa la muerte de la cultura, las emociones y la cosmovisión de un pueblo.
Además, Erdogan subrayó que solo se ha alcanzado el 18% de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU para 2030. "Como humanidad, buscamos un camino justo, que evite los residuos, que valore el trabajo, abrace la naturaleza y fomente la paz. La solución no está lejos: se encuentra en las raíces de nuestra civilización. La sabiduría de Anatolia es una hoja de ruta para una vida sostenible", afirmó.
La primera dama enfatizó que la cocina turca en sí misma encarna un modelo de cero residuos y que prácticas como la producción ética, el supraciclaje, la moda sostenible, los materiales naturales y el apoyo al trabajo femenino se han preservado en Anatolia durante siglos. Instó a difundir este espíritu en regiones devastadas por el conflicto como Gaza y Ucrania: "Convirtamos la sabiduría de nuestras civilizaciones en puentes de hermandad que conecten continentes".
"No debemos permitir que Israel borre de nuestra memoria la Palestina anterior a 1945"
La primera dama turca enfatizó, además, la importancia de resistir la eliminación histórica, diciendo que "no debemos permitir que Israel borre de nuestra memoria la Palestina anterior a 1945. Al contrario, debemos preservar y enseñar esta historia y cultura ancestrales. Contra las bombas, debemos resistir con bolígrafos, libros y memoria".
También advirtió sobre la catástrofe humanitaria que sufre Gaza: "¿Saben que los niños de Gaza se duermen con tanta hambre que nunca vuelven a despertar? Casi 19.000 niños han muerto en tan solo dos años. Gaza se ha convertido en un cementerio de niños y un cementerio para la conciencia de la humanidad".
Una vez más, hizo un llamado al mundo para que sea la voz de Gaza, abra corredores humanitarios y fortalezca el derecho internacional. Celebró la decisión de muchos países de reconocer a Palestina como Estado, calificándola de “un punto de inflexión histórico para la paz y la justicia”.