Los vientos en Chile soplaron con contundencia hacia la derecha en las elecciones presidenciales de este domingo: José Antonio Kast, el candidato ultraconservador y representante del Partido Republicano, se llevó la victoria con una cómoda mayoría del 58,1% para un total de 7.254.850 de votos. Así se impuso por más de dos millones de votos sobre su rival Jeannette Jara, del Partido Comunista y representante de la coalición de izquierda, quien logró el 41,8%, con 5.218.44 votos.
Este triunfo de Kast, de 59 años, apuntala la tendencia de Latinoamérica hacia gobiernos de derecha y lo convierte en el primer presidente simpatizante de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1989) tras el retorno de Chile a la democracia hace 35 años. El resultado, además, mostró un repunte significativo para el ahora mandatario electo, quien quedó de segundo en la primera vuelta el 16 de noviembre por tres puntos porcentuales. Un panorama en el que Kast pudo consolidar fácilmente el apoyo de los demás candidatos de derecha, cuyo total combinado superó ampliamente el de la izquierda.
Al imponerse en las 16 regiones del país, Kast logró la segunda victoria más amplia en una segunda vuelta presidencial en democracia, por detrás del triunfo de la expresidenta Michelle Bachelet en 2013. Un resultado que alcanzó al centrar su campaña en una plataforma de línea dura, en la que prometió medidas radicales para restablecer el orden público. Entre otras acciones, ha asegurado que expulsará a cientos de miles de inmigrantes en condición irregular, abordará las altas tasas de delitos violentos y recuperará una economía estancada.

Justamente, la contienda electoral en Chile estuvo definida por la preocupación extensa sobre la seguridad, que según las encuestas superó con el 60% a la economía, la salud y la educación como el principal problema del país. Si bien Chile sigue siendo uno de los países más seguros de Latinoamérica, el reciente aumento del crimen organizado, los homicidios y casos de alto impacto, como los secuestros, han alimentado una sensación de preocupación en la población.
Kast aprovechó este sentimiento y prometió medidas drásticas para abordar la seguridad, incluyendo el despliegue del ejército en barrios con alta tasa de criminalidad, la construcción de un muro a lo largo de la frontera norte y la deportación de todos los migrantes que se encuentran en el país sin documentos. La población inmigrante de Chile se ha duplicado en la última década, impulsada principalmente por unos 700.000 venezolanos.
A lo que se suma que la llegada de Kast a la presidencia marca la más reciente victoria para la derecha en América Latina, siguiendo la tendencia de Javier Milei en Argentina, Daniel Noboa en Ecuador, Rodrigo Paz en Bolivia y el mismo Donald Trump en Estados Unidos. Las elecciones también se caracterizaron por un aumento significativo en la participación electoral, ya que el voto fue obligatorio por primera vez en más de una década.
“Gobernar para todos”
Abogado ultraconservador, Kast llegará finalmente al Palacio de La Moneda en lo que fue su tercera candidatura. En su primer discurso tras conocerse los resultados, el presidente electo prometió gobernar “para todos, sin excepción”. También anticipó que “va a haber un cambio real” en el país. "Cada uno decidirá libremente si quiere sumarse a la recuperación y al renacer de Chile", porque la nación "ha dado un mandato claro, que no admite excusas: no quiere continuidad, quiere un cambio real", sostuvo.
Frente a miles de seguidores reunidos en su sede de campaña en Santiago de Chile, Kast añadió que "sin seguridad no hay paz, sin paz no hay democracia y sin democracia no hay libertad. Chile volverá a ser libre del crimen, de la angustia y del temor". "El orden no es un capricho, es justicia", añadió ante la multitud que ondeaba banderas nacionales. Además, señaló que "Chile necesita que el país vuelva a tener empleo digno y orden en nuestras calles, en el Estado, en las prioridades que se han perdido".
Conocido también por su acérrimo catolicismo, le agradeció su victoria a Dios, al que le pidió sabiduría y templanza. "Nada sería posible si es que no tuviéramos a Dios. Y eso es algo que no podemos dejar de reconocer. Nada ocurre en la vida para los que somos de fe, que no sea en relación directa con Dios. Y ahí decir que para mí es un honor, una tremenda responsabilidad el mandato amplio que hemos recibido hoy día", afirmó.
En sus palabras, el presidente electo también le envió un mensaje de agradecimiento al también candidato ultraconservador de derecha, el diputado Johannes Kaiser del Partido Nacional Libertario, así como a la derecha tradicional y a su líder, Evelyn Mzathei, hija de un general de la junta de Pinochet.
Desde 2010, los chilenos han alternado entre gobiernos de izquierda y derecha en cada elección presidencial.
Jeannette Jara concede la victoria a Kast y promete una oposición “propositiva”
Jara, la candidata de la coalición de izquierdas, reconoció el triunfo de su rival en la noche de este domingo, mientras llamó a "la unidad" para hacer una oposición "propositiva", pero "exigente y firme" durante el gobierno que se avecina.
"La democracia habló fuerte y claro. Nuestra democracia se fortalece cuando respetamos la voluntad ciudadana. En la derrota es donde más se aprende y donde más firme debe ser la convicción democrática", señaló Jara. También admitió que "no obtuvo el resultado que quería", pero que "la derrota siempre es breve".
“A quienes nos apoyaron y fueron convocados por nuestra candidatura, tengan claro que seguiremos trabajando por avanzar en una mejor vida en nuestra patria. Juntos y de pie, como siempre lo hemos hecho”, añadió. Además llamó a "mantener viva" la coalición "histórica" que ha encabezado y que construyó el progresismo chileno, la más amplia de la historia del país. En ese sentido, instó a "cuidar" la alianza.
Finalmente detalló que se había comunicado con Kast “para desearle éxito por el bien de Chile”.
Por su parte, el presidente saliente Gabriel Boric se comprometió a facilitar el cambio de mando el próximo 11 de marzo, confirmando que este lunes se reunirá con Kast para entregarle "un país en marcha". "Al presidente electo le digo que se disponga prontamente a tender puentes, escuchar y enfrentar esta tarea con humildad, con humanidad, como nos enseñaron quienes estuvieron antes que nosotros", subrayó Boric.
"Al final del día, Chile se construye sobre el legado de quienes nos precedieron, que no son legados personales, ni mío ni de presidentes anteriores, sino de todos los chilenos y chilenas que trabajan por construir un país mejor, para ellos, sus familias y la comunidad entera", señaló el mandatario.
Boric destacó también que los resultados se conocieron solo un par de horas después de cerradas las urnas "con certezas y sin cuestionamientos", algo que "no es casualidad, sino décadas de trabajo". "Quiero que sepan que Chile está orgulloso de sus tradiciones republicanas, que debemos cultivar y cuidar, y en mi conversación con el presidente electo, le transmití que no solo yo, sino todos mis colaboradores, van a estar en esa línea", detalló.
La sombra de Pinochet
Hasta estas elecciones, el único derechista que había llegado a la presidencia en Chile desde el retorno de la democracia en 1990 fue Sebastián Piñera, fallecido en 2024, quien gobernó en dos mandatos no consecutivos: 2010-2014 y 2018-2022. En su momento, Piñera votó en contra de la permanencia del dictador.
"Kast es una figura vinculada directamente al pinochetismo. Es heredero de su tradición. Además, es hermano de uno de los principales ministros de Pinochet y presidente del Banco Central, Miguel Kast, que sigue siendo una especie de gurú para la derecha más neoliberal", dijo Octavio Avendaño, de la Universidad de Chile, a la agencia de noticias EFE.
Con tan solo 22 años, cuando era un estudiante de Derecho en la Pontificia Universidad Católica de Chile, Kast hizo campaña a favor de la continuidad de Pinochet en el poder, durante el plebiscito de 1988 sobre mantener o no la dictadura.
"Si estuviera vivo, votaría por mí", dijo Kast cuatro décadas después, en 2017, en su primer intento por llegar a la presidencia.
Ahora bien, a diferencia de sus campaña anteriores por llegar a La Moneda (2017 y 2021), Kast se cuidó mucho en esta ocasión de no mostrar en público su simpatía por la dictadura ni sus posiciones ultraconservadoras en materia de libertades individuales para no espantar el voto femenino y juvenil.
Padre de 9 hijos, Kast fue presidente de Political Network for Values, una red que pregona la defensa de la vida, la familia y el matrimonio en Iberoamérica. Aunque asegura que sus convicciones "no han cambiado" y que sigue "siendo el mismo", ha dicho que no se va a centrar en la llamada "batalla cultural", sino en las "urgencias de los chilenos", como la delincuencia y la migración irregular.

Las reacciones en Latinoamérica
Las felicitaciones a Kast por su triunfo no se hicieron esperar, especialmente de los líderes de una derecha que gana terreno en América Latina. Uno de ellos fue el presidente, Javier Milei, quien escribió en su perfil de X: “¡Enorme alegría por el aplastante triunfo de mi amigo José Antonio Kast en las elecciones presidenciales de Chile!”. Y luego aseguró que se trata de “un paso más de nuestra región en defensa de la vida, la libertad y la propiedad privada. Estoy seguro de que vamos a trabajar juntos para que América abrace las ideas de la libertad y podamos liberarnos del yugo opresor del socialismo del siglo XXI”.
De manera similar, Rodrigo Paz, quien ganó las elecciones en Bolivia a finales de octubre, le extendió su felicitación a Kast, señalando que “cuando los pueblos se expresan con claridad, gana el sentido común y ganan los valores que nos sostienen”. Además, agregó que “este resultado es un mensaje firme de la ciudadanía en defensa de la familia, de la seguridad ciudadana y de la economía libre, y una oportunidad histórica para seguir construyendo una relación de respeto, amistad y cooperación entre Bolivia y Chile”.
La misma línea mantuvo Daniel Noboa, presidente de Ecuador, quien señaló que “se abre una nueva etapa para Chile y para la región. Desde Ecuador reafirmamos nuestra voluntad de profundizar el trabajo en conjunto”.
Desde Estados Unidos, también llegaron elogios para Kast. El secretario de Estado, Marco Rubio, sostuvo que Washington espera colaborar estrechamente con su nuevo gobierno en Chile “para profundizar nuestra alianza y promover la prosperidad compartida en nuestro hemisferio".
Por su parte, el mandatario de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, destacó la transparencia y el orden del proceso electoral, deseándole “mucho éxito” a Kast en su futuro mandato. También reafirmó el compromiso de Brasil de fortalecer las relaciones bilaterales, así como los lazos económicos y comerciales, y de preservar a Suramérica como una “zona de paz”.
Un tono similar mantuvo la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, quien felicitó “al pueblo chileno por una jornada electoral pacífica y democrática. También a José Antonio Kast, próximo presidente de Chile.” Y agregó: “Confío en que ambos gobiernos seguiremos trabajando por el bien de nuestros países y de la región”.
Desde Colombia, el presidente Gustavo Petro se desmarcó de las felicitaciones y aseguró que “por el sur y por el norte vienen los vientos de la muerte”, en un mensaje en X. Y luego, en una publicación diferente, añadió que “el fascismo avanza, jamás le daré la mano a un nazi y a un hijo de nazi, tampoco; son la muerte en ser humano. Triste que Pinochet tuvo que imponerse a la fuerza pero más triste ahora es que los pueblos elijan su Pinochet: elegidos o no, son hijos de Hitler y Hitler mata a los pueblos. Es el demonio contra la vida y todo latinoamericano sabe resistir”.














