El presidente de Israel, Isaac Herzog, se encuentra en una encrucijada: debe decidir sobre la solicitud de indulto presentada por el primer ministro Benjamín Netanyahu, en relación con el juicio que enfrenta por corrupción. Tiene al menos tres caminos posibles, pero cualquiera que elija lo colocará en una situación complicada. No solo enfrentará la imposibilidad de satisfacer a todos los sectores políticos, sino que además su decisión podría marcar un antes y un después en el rumbo político del país.
Desde que comenzó el juicio, en mayo de 2020, Netanyahu se ha negado a admitir culpabilidad. Y mantuvo esa postura el domingo, cuando presentó formalmente la solicitud al presidente Herzog, pidiendo ser indultado de los cargos de corrupción que aún investiga el tribunal. La solicitud ha generado una fuerte división interna en el país, ya que además la ley israelí impide que el presidente conceda un indulto sin declararse culpable.
A esto hay que sumar que la petición llega en un momento delicado: Israel está a menos de un año de las elecciones previstas para octubre de 2026, salvo que se adelanten.
Bini Ashkenazi, analista y periodista del periódico Israel Hayom, señala a la Agencia Anadolu que la solicitud de indulto de Netanyahu tiene claras implicaciones políticas. “Netanyahu sabe que las posibilidades de aprobación son escasas, pero este movimiento desvía el debate público de la controvertida ley de exención del servicio militar para los ultraortodoxos (Haredim), que actualmente representa un obstáculo político para él, y lo redirige hacia su solicitud de indulto”, indica. Añade que esta acción “beneficiará enormemente la campaña electoral de Netanyahu”.
“Si se le concede un indulto, sin duda será un logro importante. Si se le niega, puede argumentar que los cargos carecen de fundamento y que incluso el presidente se negó a indultarlo”, destaca.
Rechazo vs. aprobación
El camino más rápido para Herzog sería rechazar la solicitud de Netanyahu, basándose en la postura de la oposición, que sostiene que un indulto solo debería otorgarse si el primer ministro admite culpabilidad y se retira de la vida política, explicó Ashkenazi. “Si bien este escenario satisfaría a la oposición, enfurecería al Likud (el partido de Netanyahu) y a sus facciones aliadas, aumentando potencialmente la tensión interna”, agrega.
Ahora bien, en el segundo escenario posible, Herzog aprueba la solicitud. Esto satisfaría a los partidos aliados de Netanyahu y, posiblemente, al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien el 12 de noviembre envió formalmente una carta a Herzog instándolo a conceder el indulto.
No obstante, esta decisión provocaría una fuerte indignación entre la oposición. “Si Herzog aprueba la solicitud, Israel podría ver protestas aún más grandes que las provocadas por la reforma judicial (durante los primeros nueve meses de 2023)”, dice Ashkenazi, agregando que “Herzog es plenamente consciente de esto”. De hecho, la carta de Trump enfureció a los partidos de oposición israelíes, quienes la calificaron como una interferencia estadounidense en asuntos internos.
¿Un indulto condicional?
Sin embargo, puede existir un tercer escenario para Herzog, uno que intente satisfacer a todos los bandos, explica la analista del mismo periódico, Elianore Kaufman.
“Las fuentes creen que Herzog intentará encontrar una solución que reduzca la tensión y contribuya a la sanación que el público necesita”, dice Kaufman. “Herzog podría otorgar un indulto condicional, como exigir que Netanyahu se retire de la vida política, o demandar medidas más amplias, entre ellas formar una investigación gubernamental sobre el desastre del 7 de octubre (de 2023), o retirar los controvertidos proyectos de ley de reforma judicial y de medios”, añade.
“Herzog podría impulsar a las partes hacia un acuerdo negociado, convocando a la Oficina del Fiscal General, su propia oficina y los representantes de Netanyahu para negociaciones. Haciendo preguntas, pidiendo aclaraciones, buscando expresiones de remordimiento o extrayendo concesiones de la fiscalía”, analiza.

En este contexto, la emisora pública israelí KAN ha indicado que la Oficina del Presidente tiende a creer que cualquier indulto para Netanyahu no vendría sin condiciones. Y que si decide aprobar la solicitud, Herzog exigiría que el primer ministro renuncie, al menos temporalmente, y suspenda la reforma judicial que impulsa. “Sin embargo, círculos cercanos a Netanyahu han dejado en claro que retirarse de la vida política no está en consideración”, agregó la emisora.
En contraste, el Canal 14 israelí, informó que Herzog parece inclinado a aceptar la solicitud de indulto sin exigir que Netanyahu admita culpabilidad o se comprometa a retirarse de la política. “Herzog puede pedirle a Netanyahu que haga cambios en la redacción de la solicitud, cambios que no equivalgan a una admisión de culpabilidad pero que aborden los cargos en su contra”, dijo el medio el domingo pasado, sin dar detalles. “Se espera que el cronograma procesal hasta que Herzog emita una decisión final tome varias semanas, y posiblemente no menos de dos meses”, agregó.
En enero, Netanyahu tuvo las primeras sesiones de interrogatorio relacionadas con los cargos de corrupción relacionados a los casos 1000, 2000 y 4000.
El caso 1000 involucra acusaciones de que Netanyahu y su esposa recibieron regalos costosos, como puros y champán, de empresarios adinerados a cambio de favores políticos. El caso 2000 se refiere a supuestas negociaciones con Arnon Mozes, editor del periódico Yedioth Ahronoth, para obtener cobertura mediática favorable. El 4000, considerado el más grave, involucra acusaciones de proporcionar beneficios regulatorios y de otro tipo a Shaul Elovitch, expropietario del sitio de noticias israelí Walla y el gigante de telecomunicaciones Bezeq, también a cambio de cobertura mediática favorable.
Más allá de los cargos presentados al interior de Israel, el primer ministro israelí también enfrenta cargos a nivel internacional por crímenes de guerra y de lesa humanidad. La Corte Penal Internacional emitió órdenes de arresto contra él y su exministro de Defensa Yoav Gallant, en noviembre de 2024. Estos cargos son por la ofensiva en Gaza, donde más de 70.000 palestinos, en su mayoría mujeres y niños, han sido asesinados desde octubre de 2023.
















