Un año después de la caída del régimen de Bashar Al-Assad el 8 de diciembre de 2024, Siria despierta inmersa en un clima de fervor y con la esperanza de que un nuevo capítulo comienza a escribirse. Pero el aniversario no solo remueve emociones dentro del país, sino que también ha resonado en Türkiye y Estados Unidos, Estados que han resaltado los avances logrados desde el colapso del anterior gobierno.
En este ambiente de renovación política y social, Damasco amaneció este lunes con un aire solemne. El presidente Ahmed Al-Sharaa, figura central de esta etapa de transición, aprovechó la oración del alba en la emblemática Mezquita de los Omeyas para anunciar que el país entra en una fase de reconstrucción “digna de su presente y de su pasado”, según informó la agencia de noticias estatal SANA.
“Desde su norte hasta su sur, y desde su este hasta su oeste, si Dios quiere, restauraremos una Siria fuerte de nuevo, con una reconstrucción digna de su presente y de su pasado, una reconstrucción digna del antiguo patrimonio de Siria”, recalcó.
Vistiendo uniforme y ante un paisaje urbano aún marcado por los estragos de la guerra, Al-Sharaa le habló directamente a una población que lo observa entre la esperanza y la precaución. “Nadie, por grande que sea, se interpondrá en nuestro camino. Ningún obstáculo nos detendrá y, juntos, afrontaremos cada desafío”, declaró.
Asimismo, el presidente insistió en que la nueva fase nacional se sustentará en “apoyar a los vulnerables y garantizar la justicia entre las personas”. Y, en un gesto simbólico, colocó un fragmento del manto de la Kaaba, obsequio del príncipe heredero saudí Mohammed Bin Salman, en el interior de la Mezquita de los Omeyas.
Erdogan aplaude el avance sirio y reitera el apoyo de Türkiye
Más allá de las fronteras de Siria, el eco del aniversario también resonó en Ankara. El presidente de Türkiye, Recep Tayyip Erdogan, declaró este martes que a su país le entusiasma ver cómo el pueblo sirio se esfuerza por volver a poner su nación en pie. “Nos complace ver al pueblo sirio esforzándose por reconstruir su país durante el último año a pesar de todas las dificultades y la devastación causada por la dictadura de Al-Assad”, señaló durante un discurso en el Día de los Derechos Humanos.
También reiteró que Türkiye apoya plenamente a Siria y a su población en sus esfuerzos de reconstrucción, recuperación y restauración con todos los medios posibles.
Un día antes, a través de la red turca NSosyal, Erdogan elogió lo que describió como un año de progreso “a pesar de todas las dificultades, los intentos de sabotaje y las provocaciones”. Para él, la revolución del 8 de diciembre de 2024 marcó el final de “años de tiranía, enormes sacrificios, profundo sufrimiento y dificultades incontables”.
El mandatario también aseguró que recuerda con misericordia a quienes murieron bajo los ataques del antiguo régimen y de grupos terroristas, enviando un mensaje directo a la población vecina: “En el Día de la Libertad de Siria del 8 de diciembre, transmito los saludos más sinceros y el afecto de Türkiye al hermano pueblo sirio”.
Y también ratificó que Ankara “continuará proporcionando todo el apoyo necesario para salvaguardar la integridad territorial de Siria, ayudar a establecer la paz social entre todos los sectores del país y garantizar que se mantenga como un centro de paz y estabilidad en la región”.
Washington destaca “avances significativos”
Al otro lado del Atlántico, Estados Unidos aprovechó el aniversario para subrayar su respaldo a la transición de Siria. El secretario de Estado, Marco Rubio, afirmó que este país había “pasado página” y dado “pasos significativos” en su proceso político. En una publicación en la red social X, añadió que Washington “honra la resiliencia del pueblo sirio y reafirma su apoyo a una Siria pacífica y próspera, que incluya a sus minorías y que esté en paz con todos sus vecinos”.
El aniversario también llegó en medio de una decisión clave en el Congreso de EE.UU.: la eliminación de las sanciones impuestas sobre Siria, conocidas como la Ley César, bautizada en honor al denunciante sirio que reveló graves violaciones de derechos humanos durante el régimen de Assad.
Los líderes del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, Jim Risch y Jeanne Shaheen, celebraron la derogación de las sanciones que se incluyeron en el proyecto de ley de defensa anual. Además, destacaron que “la fortaleza y resistencia de los sirios ante la represión de Al-Assad, junto con las sanciones estadounidenses” crearon “las condiciones para el colapso del régimen y un futuro mejor para el pueblo sirio”.
Al mismo tiempo, ambos senadores subrayaron que las nuevas autoridades sirias muestran un “serio compromiso” con la cooperación antiterrorista y que, por primera vez en más de una década, “los recientes acontecimientos ofrecen una perspectiva de paz impensable hace solo un año”.
No obstante, advirtieron que el país aún enfrenta importantes desafíos y enumeraron prioridades urgentes como “evitar el retorno de las detenciones arbitrarias, frenar la violencia sectaria, limitar la influencia rusa e iraní, eliminar arsenales ilícitos y avanzar en la localización de ciudadanos estadounidenses desaparecidos, entre ellos el periodista Austin Tice”.
El Congreso de Estados Unidos está finalizando la Ley de Autorización de Defensa Nacional, que contiene la derogación total de la Ley César emitida en 2019. El Gobierno del presidente Donald Trump ya había suspendido la mayoría de las sanciones mediante exenciones, pero ha presionado a los legisladores para que eliminen las restricciones por completo.
Miles de sirios celebran aniversario
Mientras tanto, miles de sirios salieron a celebrar en las calles de las principales ciudades sirias el primer aniversario de la caída del régimen baazista que se extendió por 61 años. A pesar de que las cicatrices de la guerra siguen presentes, muchos habitantes coinciden en que las penurias que caracterizaron los últimos años de Al-Assad comienzan, por fin, a disiparse, y que la nueva administración está logrando, aunque de manera gradual, introducir mejoras concretas en libertad, economía y seguridad.
En este contexto, el gobierno interino ha tratado de consolidar esa sensación de cambio mediante decisiones que afectan directamente la vida diaria. Por un lado, el restablecimiento de servicios básicos y el pago garantizado de salarios públicos han devuelto cierta estabilidad. Por otro, la recuperación parcial de la red eléctrica ha tenido un impacto aún mayor en la población.
Tras 14 años de bombardeos, el Ministerio de Energía ha logrado rehabilitar plantas clave, apoyado por gas natural proveniente de Azerbaiyán con respaldo de Türkiye. Hasta hace un año, la mayoría de los sirios disponía de electricidad solo unas pocas horas al día. En comparación, ahora el suministro alcanza entre ocho y diez horas y, de manera inédita, Alepo, Homs y Damasco han disfrutado de jornadas completas de electricidad ininterrumpida, aún en fase de prueba.
Paralelamente, esa sensación de renovación impulsa a muchos exiliados a regresar. Zein Al-Abidin, de vuelta tras 14 años fuera, resume el significado de su retorno con una frase cargada de emoción: “Volver a mi país después de 14 años es una revolución en sí misma”. Y añadió: “Antes, expresar opiniones estaba prohibido. Hoy podemos hacernos oír con comodidad”.
Asimismo, otros perciben el cambio en la atmósfera social. Khalid Al-Khatib, quien no visitaba Damasco desde 2012, describe una convivencia transformada: “Hoy hay confianza, respeto y dignidad en todas partes”. Del mismo modo, Ghadir Masifaa aporta una voz que conecta con el sentir colectivo: “Esto es libertad… Siria está avanzando, levantándose. La gente es el motor de este cambio”.
Así, pese a los retos que persisten, el aniversario ha consolidado la impresión de que Siria comienza a avanzar hacia un horizonte distinto, sostenida por la determinación de su población y por un deseo profundo de reconstrucción tras años de devastación y sufrimiento.



















