Como la caída de Assad impacta a Rusia en Ucrania y en otros lugares

La caída de Assad, su aliado político en Siria, obliga a Moscú a replantear su presencia en Oriente Medio, minimizar las pérdidas, y concentrar su atención militar en Ucrania.

Miembros de la diáspora siria saludan mientras ondean la bandera de la oposición siria en la embajada de Siria, en Moscú, Rusia, el 9 de diciembre de 2024. Foto: Alexander Zemlianichenko.
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Miembros de la diáspora siria saludan mientras ondean la bandera de la oposición siria en la embajada de Siria, en Moscú, Rusia, el 9 de diciembre de 2024. Foto: Alexander Zemlianichenko.

La intervención de Rusia en Siria comenzó en septiembre de 2015, un año después de que rebeldes apoyados por Moscú tomaran regiones separatistas en el este de Ucrania. Desde entonces, tanto ha cambiado en Ucrania y en Siria que muchos expertos se preguntan si las opciones de Rusia en su flanco en Oriente Medio han quedado gravemente limitadas con el fin del régimen de Bashar Al-Assad.

A diferencia de 2015, cuando el Kremlin desplegó armamento pesado y aviones de combate para salvar a Assad de una derrota segura, esta vez el dictador sirio se quedó solo mientras las fuerzas opositoras se acercaban a Damasco en una ofensiva relámpago de 11 días.

“La caída de Bashar al Assad es algo negativo para Rusia”, reconoció Sergei Markov, exasesor del presidente Vladimir Putin. “En primer lugar, durante casi una década, Rusia gastó muchos recursos para salvar a Assad. En segundo lugar, cientos de tropas rusas murieron en Siria luchando por apoyarlo. Por supuesto, para Rusia esto es un fracaso”, explicó Markov a TRT World.

David Ignatius, columnista del diario The Washington Post, informó que poco antes de que comenzara la ofensiva de la oposición siria contra el régimen de Assad, “la inteligencia ucraniana envió unos 20 operadores de drones experimentados y unos 150 drones con visión en primera persona” a Idlib, bastión clave del principal grupo de oposición Hayat Tahrir al Sham (HTS). En su artículo, Ignatius escribió que Ucrania quería “darle un golpe en la nariz a Rusia y socavar a sus socios”.

Por su parte, Markov anticipó que la influencia rusa en Oriente Medio disminuirá a la luz de su fracaso en Siria, un estado dependiente de Moscú, donde el Kremlin mantuvo bases militares en los puertos del Mediterráneo desde la época soviética.

Las consecuencias para Rusia no se limitarán a Oriente Medio, agregó Markov. En ese sentido explicó que Moscú perderá un prestigio significativo desde la República Centroafricana a Mali y Burkina Faso –donde tiene presencia militar para apoyar a sus gobiernos– hasta Asia Central, donde ha proporcionado garantías de seguridad a exrepúblicas soviéticas a través de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva.

AFP

Rusia ha aumentado su presencia militar a través de su grupo mercenario Wagner en África, pero, con la caída del régimen de Assad en Siria, los estados dependientes de Moscú como Burkina Faso, la República Centroafricana y Mali podrían tener dudas sobre la confiabilidad del Kremlin para garantizar su seguridad a largo plazo. Foto: AFP.

Rusia busca negociar un acuerdo con el nuevo gobierno de transición en Siria para mantener sus bases en la costa del Mediterráneo. Pero si Moscú no puede seguir operando sus activos en la región, esto complicará su acceso a África, según Markov. Además, el exasesor de Putin agregó que destacamentos como la base aérea de Hmeimim representan un punto estratégico clave que conecta a Rusia con sus misiones militares en países africanos.

Ahora bien, el politólogo ruso cree que la caída del régimen de Assad significa un mayor fracaso para Teherán que para Moscú. El motivo: los largos vínculos sectarios y políticos de Irán con la familia del derrocado régimen, quienes son alauitas, una rama vinculada al chiismo.

Para Markov, Assad cavó su propia tumba cuando se negó a normalizar relaciones con Türkiye y rechazó la histórica demanda de formar un gobierno inclusivo.

Repercusiones en Ucrania

Ahora que Assad huyó a Rusia junto a su familia, deja atrás un oscuro legado de corrupción, tortura, masacres y opresión sistémica.

Su fin, proyectó Markov, también tendrá un impacto significativo en la guerra de Ucrania.

Desde una perspectiva militar, sostuvo, tendrá un impacto positivo porque Rusia se liberará de sus cargas en Siria y se alineará con los pensamientos de muchos rusos comunes que creen que Ucrania debería ser la máxima prioridad para Moscú debido a los profundos lazos históricos y culturales que tiene con Rusia.

Pero en términos económicos, el fracaso sirio puede afectar las finanzas rusas, aclaró Markov. Esto se debe a que, tras la caída de Assad, países bajo garantías de seguridad rusas podrían pensarlo dos veces antes de arriesgarse a eludir las sanciones occidentales contra el Kremlin.

En vista del revés en Siria, los aliados de potencia media de Rusia estarían menos dispuestos a “violar las sanciones occidentales” a cambio de garantías de seguridad rusas, lo que añadiría tensiones al esfuerzo bélico de Moscú en Ucrania, evaluó Markov.

Según indicó, la debacle de Siria puede tener un costo mayor para Rusia, al debilitar su posición ante los ojos del gobierno entrante de Trump, que pretende mediar en un “compromiso” entre Moscú y Kiev.

Trump, señaló Markow, puede aprovechar ese punto débil percibido en las maniobras geopolíticas rusas, motivándolo a tomar una posición dura con el Kremlin.

“En lugar de alcanzar un compromiso con Rusia, los países occidentales podrían aumentar su presión” sobre el Kremlin, añadió Markow, utilizando medidas de mano dura para hacer que el ejército ruso flaquee en Ucrania y “el régimen político de Vladimir Putin muestre su debilidad”.

“Por lo tanto, la caída de Assad podría conducir a una creciente agresión occidental contra Rusia en Ucrania”, completó el experto.

Eugene Chausovsky, experto en defensa y director de desarrollo y formación analítica en el New Lines Institute, coincidió en que la caída de Assad podría tener un impacto significativo en la dimensión diplomática de la guerra en Ucrania.

Si bien los recientes avances militares de Rusia en Ucrania, junto con las intenciones de Trump de presionar a Kiev para acordar un fin del conflicto pronto, le han dado una ventaja diplomática a Moscú, el Kremlin sufrió una pérdida importante en su prestigio diplomático, y posiblemente también en sus posiciones militares en Siria, explicó Chausovsky a TRT World.

A medida que resuenan “las consecuencias impredecibles de la derrota de Assad en toda la región”, señaló Chausovsky, la caída del régimen sirio “podría privar potencialmente a Moscú de parte de su influencia en las negociaciones con Estados Unidos sobre el conflicto de Ucrania”.

AA

Las fuerzas rusas y ucranianas continúan librando una guerra que en 2024 tuvo su año más violento, al dejar 67.000 personas muertas en ambos lados. Foto: AA.

Sin embargo, Oleg Ignatov, analista de alto nivel sobre Rusia en el International Crisis Group, no cree que la caída de Assad tenga un impacto en la guerra en Ucrania, que es “una prioridad absoluta para Putin”. Según declaró Ignatov a TRT World, para la visión del mundo que ostenta el líder ruso, la guerra en Ucrania es “un conflicto existencial del que Moscú no puede retirarse sin lograr sus objetivos”.

¿Puede Rusia quedarse en Siria?

El principal interés de Rusia en Siria, según Ignatov, seguirá siendo mantener segura su base naval.

“Es la única base naval rusa no sólo en el Mediterráneo, sino también en el extranjero. Es de importancia estratégica para la marina rusa. En mi opinión, la probabilidad de que Rusia también conserve su base aérea no es muy alta”, detalló. Y añadió: “Rusia no tiene nada que ofrecer a las nuevas autoridades”.

Según Chausovsky, Rusia “parece estar concentrado en intentar mantener su presencia militar” en Siria, conservando “alguna forma de influencia, sin importar el futuro gobierno que surja”.

No está claro si Rusia podrá mantener sus bases en Siria, conjeturó Markov, pues su presencia militar en el país de Oriente Medio no es “bienvenida” por el nuevo gobierno de transición en Damasco. Pero pronostica que, incluso si los rusos no son bien recibidos, aún pueden mantener sus bases militares, ya que Estados Unidos ha mantenido la suya en la Bahía de Guantánamo en Cuba, un estado comunista.

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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se reúne con su homólogo de Rusia, Vladimir Putin, en la cumbre del G20 en Osaka, Japón, el 28 de junio de 2019. Foto: AA.

De acuerdo a Markov, durante la operación de 11 días desplegada por la oposición, Rusia obligó a Bashar al Assad a abandonar Damasco sin resistencia. Y el exlíder del régimen cumplió la demanda del Kremlin, huyendo hacia Moscú. Como resultado, apuntó Markov, Rusia jugó un papel protagónico en la transferencia pacífica de poder.

Por otro lado, llama la atención el hecho de que Rusia desempeñe un “papel positivo” en términos de transferencia de poder en Afganistán y mantenga conversaciones con los talibanes, quienes tienen a su vez conexiones con grupos de la oposición siria. Según Markov, Rusia puede utilizar su experiencia con los talibanes para desarrollar vínculos con el actual gobierno sirio.

Rusia además tiene una buena relación con Türkiye, un país con una poderosa influencia sobre el nuevo gobierno sirio, lo que, destacó Markov, podría ayudar a la formación de relaciones más positivas entre Moscú y Damasco.

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