Telenovelas turcas: más parecidos de lo que pensamos

El auge de la producción de telenovelas de origen turco ha llenado las pantallas del mundo con las historias humanas y románticas que resultan familiares en confines del mundo alejados.

Series como "Ertugrul (Resurrección)", "Fatmagül" o "Las Mil y Una Noches" resultan familiares en todo Latinoamérica. / Foto: TRT World
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Series como "Ertugrul (Resurrección)", "Fatmagül" o "Las Mil y Una Noches" resultan familiares en todo Latinoamérica. / Foto: TRT World

Si hay alguna razón por la cual Turquía se haya “puesto de moda” en el mundo durante los últimos años es por sus telenovelas, el producto genuino que ha constituido todo un éxito de exportación.

Este producto televisivo, que nació en América Latina en la década de los 80, extendiéndose posteriormente por el resto del mundo, es ahora desarrollado desde estudios turcos y con actores turcos.

Pero las historias que cuentan no son exclusivamente turcas, sino que representan algo que va mucho más allá de unas fronteras: las pasiones y sentimientos humanos.

Así, títulos como Fatmagül, Las Mil y Una Noches, El Sultán, o Amor Prohibido, entre otros, resultan familiares en todo el mundo y han alcanzado una audiencia global.

Series que cuentan historias de amor, de relaciones familiares, o de todo ello mezclado y aderezado además con retazos históricos que nos hablan de épocas brillantes para la historia turca, como la del sultán Solimán el Magnífico, descrita en la serie El Sultán, en la que se narra la historia de la mejor época del Imperio Otomano, entre intrigas palaciegas y familiares.

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Fatmagül se convirtió en una de las telenovelas más aclamadas en países de América Latina. (AY YAPIM)

Una serie que ha sido vista por más de 500 millones de personas en todo el mundo, para una industria que, desde 2002, ha vendido más de 150 telenovelas en más de cien países.

TRT también ha producido una serie de ‘dizis’ destacados, tales como Dirilis: Ertugrul (Resurrección), sobre un guerrero turco del siglo XIII, y Payitaht: Abdülhamid (también conocido como El último emperador), un drama histórico turco ambientado durante la era del 34º emperador otomano, el sultán Abdulhamid II.

Las series que mejor han funcionado son Elimi Bırakma y Alparslan, en primer lugar, seguidas por Gönül Dağı y Kara Tahta.

¿Cuál es la receta del éxito?

Las telenovelas turcas “evocan emociones y sentimientos universales, como el amor, el odio, la tristeza, la venganza o la esperanza, con los que es fácil identificarse, historias con que provocan sentimientos de todo tipo, positivos y negativos. Por un lado, nos ayudan a distraernos y por otro, pueden hacernos relativizar situaciones vividas”, afirma la psicóloga clínica Silvia Sanz. Por eso “están arrasando en televisión”, añade.

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“La clave está en la empatía, provocan que los sentimientos afloren, desbordan drama y emociones. Las producciones turcas dan mucha importancia al lenguaje corporal”.

La familia y las relaciones familiares ocupan un tema central de las telenovelas turcas. También es fundamental la puesta en cuestión del papel de la mujer en la sociedad, que aquí asume papeles autónomos respecto al hombre, reivindicando valores como la independencia o la libertad. En la visión de la familia reside gran parte del éxito entre públicos como el árabe, uno de sus grandes consumidores.

Para Özlem Özsümbül, directora de contenidos de MADD Entertainment, que agrupa a Medyapim y Ay Yapim, dos de las mayores productoras turcas de telenovelas, la clave del éxito del producto es que cuentan “las historias de siempre, con los personajes de siempre y las mismas esperanzas… pero con una presentación diferente y fructífera. En todo el mundo se viven sentimientos como el amor, la venganza, los sueños. La audiencia internacional los ve y siente los mismos sentimientos que nosotros.”

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"Las Mil y Una Noches" fue furor en Argentina y en Chile, y uno de sus protagonistas viajó para participar en programas de televisión locales. (Crédito: ElTrece)

Un producto distinto

Las telenovelas nacieron y se desarrollaron en América Latina, pero ahora la producción turca se exporta a todo el mundo, habiendo reemplazado a aquella en buena parte.

Con un factor diferenciador en la producción turca: “Las historias son las mismas, pero la forma en que las presentamos y les damos sabor es diferente. El valor de producción, la fotografía, la música, la narración, el reparto, las ubicaciones y el escenario real de Turquía son ingredientes importantes para crear ese contenido”, precisa Özsümbül.

Algo que corrobora Silvia Sanz, para la que la diferencia entre la producción turca y latinoamericana reside en que esta última “suele tener un final feliz, algo que no sucede en las series turcas. Contrariamente a lo que se supone que alivia al telespectador, les ‘engancha’ ya que esperan un desenlace que le sorprenda con un giro inesperado”.

“Otra diferencia es el ritmo narrativo, en las series latinoamericanas es muy ágil, mientras que en las turcas se dedica tiempo al desarrollo de los personajes, ralentizando el ritmo y dándoles más personalidad, contando las historias a través de ellos y no mediante los hechos”, subraya Sanz.

TRT Radyo Haber

"Payitaht: Abdülhamid", también conocida como El último emperador, es una producción de TRT.

Un éxito del que la empresa MADD Entertainment da buena cuenta: “en los últimos 5 años hemos distribuido más de 40 títulos diferentes, con más de 60.000 horas de producción. La mayoría de ellos campeones del público turco e internacional, como Mi niña, Un milagro, Una mujer despreciada, Llamas del destino, Todo sobre el matrimonio, El amor está en el aire, Secretos de familia….”, prosigue Özsümbül.

“Nuestros principales mercados son Latinoamérica, Oriente Medio y Norte de África y Europa Central y del Este”, añade.

Una manera de estar en el mundo

Ciertamente, las telenovelas turcas (‘dizi” según el término local) pues ponen al país en el mapa global, a diario y en canales de todo el mundo. Turquía es el tercer exportador global de este tipo de formatos audiovisuales, tras los Estados Unidos y Reino Unido.

El peso económico de la producción audiovisual turca es destacable, y, en los últimos años, prácticamente un tercio de dicha producción se exporta hacia países de América Latina, teniendo como principales destinos a Brasil, México, Chile, Perú y Colombia.

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Los 'dizis' llegaron a todos los rincones de América Latina a través de canales de TV y diversas plataformas. (AA)

La prueba última del interés global de este producto audiovisual es la apuesta reciente de la propia cadena TRT, lanzando el servicio de transmisión global Tabii, con acceso por suscripción, que incluirá emisiones de series y otros productos, a través de plataformas como Youtube y otras, y lo hará en español, entre otros idiomas.

Según Özsümbül, las telenovelas turcas han llegado para quedarse: El estilo competitivo y dinámico del negocio ayuda a mejorar nuestras habilidades de producción y responde a las necesidades de la audiencia de inmediato. Hoy más de 100 países están viendo ‘dizis’ turcos en sus hogares”.

“Las reacciones de las audiencias y emisoras internacionales siguen siendo muy fuertes y sostenibles. Las historias turcas son los programas más demandados en este momento como un ‘ready made’ y también con un gran potencial para la adaptación”, concluye.

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