CLIMA
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La COP30 arranca en Brasil entre la urgencia climática, el negacionismo y las ausencias: las claves
La mayor conferencia sobre cambio climático abrió sus puertas en Belém, Brasil, con la promesa de pasar de palabras a acción. Qué esperar de esta COP30 marcada por el negacionismo, la ausencia de EE.UU. y la dificultad de alcanzar acuerdos.
La COP30 arranca en Brasil entre la urgencia climática, el negacionismo y las ausencias: las claves
Una vista aérea tomada con dron muestra barcos varados en una zona afectada, tras el paso del huracán Melissa en Bluefields, Jamaica.
hace 12 horas

Pese a los vientos que soplan en contra de la lucha climática, miles de diplomáticos y expertos se han reunido en Belém, Brasil, para dar inicio a la conferencia de la ONU sobre cambio climático, más conocida como COP30. Su tarea no podría ser más clara: convertir las promesas en acción y acordar planes más estrictos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Sin embargo, estos grandes objetivos enfrentan desafíos también enormes en un contexto de creciente negacionismo, resistencia para financiar proyectos y con una larga lista de tareas pendientes.

La conferencia, que comenzó este lunes y se extenderá hasta el viernes 21, cuenta con la participación de unos 170 países. Elegir Belém, en medio de la Amazonía, la selva tropical más grande del mundo, subraya la importancia del encuentro: la región amazónica es un sumidero vital de carbono y un frente clave en la lucha contra la deforestación y el cambio climático.

Los científicos advierten que, sin acción urgente, las temperaturas globales podrían subir entre 2,3°C y 2,8°C para fines de siglo, dejando vastas regiones inhabitables por inundaciones, calor extremo y colapso de ecosistemas. Para mantener el aumento por debajo de 1,5°C, las emisiones globales deben caer 60% para 2030. Los compromisos actuales solo lograrían una reducción del 10%: allí es donde el resultado de esta conferencia se vuelve fundamental.


“Implementar, implementar, implementar”


Brasil ha presentado este encuentro como la “COP de la implementación”: el momento de poner en práctica los compromisos asumidos desde la firma del Acuerdo de París hace 10 años. Pero todo depende de que los líderes superen sus diferencias y cumplan con sus compromisos, incluida la financiación.

En el centro de las conversaciones estará el Informe Baku-Belém que sigue siendo un tema pendiente desde la COP29 en Azerbaiyán, en noviembre del año pasado. La discusión en ese entonces no dió frutos para avanzar en el plan. 

Por eso, ahora, la reunión busca un cambio de ritmo. Los delegados revisarán los planes nacionales de clima, presionarán por 1,3 billones de dólares anuales en financiación climática, adoptarán nuevas medidas de adaptación y avanzarán hacia una “transición justa” hacia economías más limpias. 

Hablando en la Cumbre de Líderes que se llevó a cabo el jueves de la semana pasada, el secretario general de la ONU, António Guterres, fue directo: “Ya no es momento de negociaciones. Es momento de implementar, implementar e implementar”


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Prioridades


En este sentido, Brasil, como país anfitrión, busca enderezar el rumbo y mantener vivo uno de los pilares del Acuerdo de París. Su postura es firme: “La COP30 puede marcar el momento en que la humanidad vuelve a empezar, restaurando nuestra alianza con el planeta y entre generaciones”, indicó el presidente de esta edición de la conferencia, André Correa.

El Informe Baku-Belém, preparado por las presidencias de la COP29 y COP30, establece cinco prioridades para movilizar recursos y traza una hoja de ruta para pasar de 300.000 millones de dólares comprometidos actualmente a 1,3 billones. Entre las medidas propuestas se incluyen reforzar seis fondos climáticos multilaterales, fortalecer la cooperación sobre impuestos a actividades contaminantes y convertir deuda soberana en inversión climática, lo que podría liberar hasta 100.000 millones de dólares para países en desarrollo. También se propone gravar la moda de lujo, la tecnología y los productos militares.

La cumbre avanzará además en el Programa de Trabajo de Transición Justa, que busca garantizar que las medidas climáticas no profundicen la desigualdad. Grupos de la sociedad civil proponen un “Mecanismo de Acción Belém” para coordinar los esfuerzos de transición justa y ampliar el acceso a tecnología y financiación para los países más vulnerables.

Ahora bien, estos objetivos son amplios y complejos. ¿Cómo reunir las sumas necesarias para ayudar a los países golpeados por ciclones o sequías? Todo depende de cuánto estén dispuestas las naciones a comprometerse y ceder.

Para el científico Paulo Artaxo, del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático, las dificultades son grandes. Afirma que Europa, presionada por el aumento del gasto en defensa, intentará evitar el tema. Por otro lado, los países ricos en petróleo buscarán bloquear cualquier avance sobre la posibilidad de abandonar el petróleo como fuente de energía.

Una buena noticia es que, durante la Cumbre de Líderes, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, presentó el Fondo de los Bosques Tropicales para Siempre, que podría beneficiar a más de 70 países y recompensará a quienes logren frenar la deforestación. El dinero se invertirá en mercados financieros y las ganancias se usarán para pagar una suma anual por hectárea conservada. Entre los países comprometidos a aportar están Noruega, Brasil, Indonesia, Portugal y Francia.


Negacionismo y ausencias


Y todo esto ocurre en medio de una ola de negacionismo iniciada en parte por el presidente de EE.UU., Donald Trump. Estados Unidos, primera economía y segundo emisor mundial de gases de efecto invernadero después de China, está ausente por primera vez en la historia de estas reuniones. Trump ha calificado el calentamiento de la “mayor estafa” del mundo.

El presidente de Argentina, Javier Milei, ha seguido la misma postura. En varias entrevistas, dejó claro que no cree que el cambio climático sea causado por la acción humana. El año pasado, el país participó brevemente en la COP29 y se retiró. Este año enviará una pequeña delegación de cinco personas a la conferencia, encabezada por el subsecretario de Ambiente, Fernando Brom, y personal del Ministerio de Relaciones Exteriores.


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Belém, entre la polémica y el simbolismo


Lula da Silva resistió todas las objeciones sobre la falta de hoteles y el aumento de precios en la ciudad de Belém, que se prevé reciba esta semana a unas 50.000 personas por el evento. 

Su objetivo al elegir esta ciudad pequeña como sede es que el mundo vea la Amazonía y que los participantes de la conferencia conozcan la vida tropical de Belém. "Sería más fácil organizar la COP en un país rico", declaró Lula. Pero "queremos que la gente vea la situación real de los bosques, de nuestros ríos, de los pueblos que aquí habitan".

“Yo quiero que (los líderes mundiales) conozcan lo que es la selva amazónica”, dijo Lula a los vecinos de Itacoã-Miri. “Porque es muy fácil hacer una COP en París, Londres y Nueva York. Mucha gente nos dijo que no la hiciéramos aquí porque 'no hay hoteles, hay mosquitos y no hay saneamiento básico' en muchas zonas”, añadió.

Con todo, la COP sigue siendo el principal foro mundial para enfrentar la crisis climática. Las decisiones se toman por consenso, impulsando la cooperación en mitigación, adaptación y financiamiento. En conjunto, el marco legal construido en tres décadas de encuentros mundiales ha ayudado a evitar un aumento de temperatura proyectado de 4°C para fines de siglo. Ahora queda por ver qué avances se lograrán en Belém.


FUENTE:TRT Español y agencias