Un joven palestino de 18 años murió el sábado por disparos israelíes en el norte de Gaza, en un incidente que fuentes médicas y testigos calificaron como una nueva violación del alto el fuego en vigor desde el 10 de octubre.
La víctima, identificada como Mohammad Sabri Al-Adham, fue alcanzada por el fuego en la localidad de Yabalia, una zona situada fuera de las áreas actualmente controladas por las fuerzas israelíes según los términos de la tregua, según informó una fuente médica a la agencia de noticias Anadolu.
De acuerdo con testigos presenciales, soldados israelíes desplegados en posiciones bajo su control en el norte de Gaza abrieron fuego a través de la línea de demarcación hacia la localidad, alcanzando al adolescente. En ese momento, subrayaron, no se registraban enfrentamientos ni choques armados en la zona.
Este nuevo episodio mortal se produjo, además, en un contexto de actividad militar israelí continuada en otros puntos del enclave.
En este sentido, testigos señalaron que helicópteros israelíes dispararon de manera indiscriminada contra zonas orientales de Rafah y Jan Yunis, en el sur de Gaza, aunque en esos incidentes no se reportaron heridos.
Asimismo, horas antes, fuerzas israelíes habían llevado a cabo ataques aéreos y bombardeos intensos de artillería contra varias áreas de Gaza que permanecen bajo ocupación israelí, de acuerdo con testimonios locales.
Según relataron residentes, el ejército continuó demoliendo los restos de edificios residenciales en esas zonas, profundizando aún más la devastación causada por más de dos años de brutal ofensiva.
Con esta nueva muerte, el Ministerio de Salud de Gaza indicó que las violaciones israelíes del alto el fuego han causado al menos 383 palestinos muertos y 1.002 heridos desde la entrada en vigor de la tregua en octubre. Aunque el ministerio no ofreció un desglose detallado de los incidentes, advirtió de que la población civil sigue expuesta a fuerza letal pese al acuerdo.

Violaciones reiteradas
Cabe recordar que el alto el fuego del 10 de octubre tenía como objetivo detener las hostilidades y facilitar la entrada de ayuda humanitaria, además de allanar el camino para los esfuerzos de reconstrucción en Gaza, gran parte de la cual ha quedado reducida a escombros.
Sin embargo, las agencias humanitarias han advertido de forma reiterada que las operaciones militares en curso, incluso a menor intensidad, continúan socavando la seguridad de la población civil y las perspectivas de recuperación.
Desde el inicio de la ofensiva israelí en octubre de 2023, más de 70.300 palestinos, la mayoría mujeres y niños, han muerto y más de 171.000 han resultado heridos, según las autoridades sanitarias de Gaza.
Como consecuencia, amplias zonas de viviendas, infraestructuras y servicios básicos han quedado destruidas, dejando a cientos de miles de personas desplazadas y dependientes de la ayuda humanitaria.
Así, pese al alto el fuego, residentes y responsables locales en Gaza advierten de que los ataques esporádicos, los disparos y la actividad aérea siguen marcando el día a día, lo que reaviva las dudas sobre la solidez de la tregua y la protección efectiva de la población civil sobre el terreno.

















