Las fuerzas israelíes volvieron a bombardear el sur del Líbano este jueves, poco después de emitir órdenes de evacuación para tres poblaciones, lo que suma otra violación más en su largo historial de incumplimientos al alto el fuego pactado en noviembre de 2024, que le puso fin a los enfrentamientos con Hezbollah.
Esta ofensiva vuelve a reavivar los temores de una escalada y ha provocado la condena internacional, incluida la ONU, que exigió a Tel Aviv detener de inmediato los ataques para proteger a la población civil.
En un comunicado, el ejército israelí anunció “una serie de ataques contra objetivos militares de Hezbollah”, asegurando sin pruebas que su propósito era “frustrar los intentos del grupo de reconstruir sus capacidades” en varias localidades del sur libanés.
Sin embargo, los bombardeos impactaron edificios residenciales y zonas urbanas en Tayr Debba, en el distrito de Tiro; Al-Taybeh, en Marjayoun; Aita Al-Jabal, en Bint Jbeil; y Zoutar Al-Sharqiya, en Nabatyieh, según informó la Agencia Nacional de Noticias libanesa (NNA).
Imágenes compartidas en las redes sociales mostraban potentes explosiones, llamas y humo tras los ataques.
A eso se suma que la emisora pública israelí KAN, citando fuentes militares, afirmó que los ataques se llevaron a cabo en coordinación con las fuerzas estadounidenses desplegadas en la base del Comando Norte en Israel. KAN indicó que los bombardeos se dirigieron principalmente contra aldeas cercanas a la frontera, supuestamente para impedir el despliegue de miembros de Hezbollah en zonas adyacentes a Israel.
Horas después, la NNA reportó que varias escuelas privadas en Nabatieh habían solicitado el cierre de sus puertas el viernes, así como la suspensión de clases debido a los bombardeos israelíes. Según lo informado, la decisión se tomó teniendo en cuenta la situación actual “para evitar exponer a estudiantes y profesores a cualquier peligro”.
Por su parte, el Ministerio de Salud del Líbano confirmó la muerte de al menos una persona y varios heridos, sin descartar que la cifra de víctimas pueda aumentar.
En paralelo, drones israelíes sobrevolaron Beirut y sus suburbios del sur a muy baja altitud, una práctica habitual que, para muchos libaneses, simboliza el control aéreo y la impunidad con la que Tel Aviv actúa sobre su territorio.
Los ataques fueron duramente criticados en Beirut. El presidente Joseph Aoun calificó los bombardeos como un “crimen flagrante” y acusó a Israel de rechazar los intentos del Líbano de avanzar por la vía diplomática.
Por su parte, el ejército libanés denunció que los ataques se dirigieron deliberadamente a zonas bajo su control, impidiendo el despliegue de sus tropas, tal como estipula el acuerdo de cese al fuego.
La ONU exige a Israel que cese los ataques
Justamente, en respuesta a la escalada, la Fuerza Provisional de Naciones Unidas en el Líbano (FPNUL) pidió este jueves a Israel que detenga inmediatamente los bombardeos, advirtiendo que violan una resolución del Consejo de Seguridad y ponen en riesgo a la población civil.
Según un comunicado, los ataques se produjeron mientras las Fuerzas Armadas Libanesas realizaban operaciones para controlar armas e infraestructuras no autorizadas en el sur del Litani, evidenciando que Israel intenta impedir que Líbano ejerza control sobre su propio territorio.
La FPNUL recordó que sus cascos azules continúan apoyando a ambas partes y pidió a Israel cumplir con la resolución para “evitar poner en riesgo los avances logrados con tanto esfuerzo”.
Temores por ofensiva a gran escala
Los nuevos ataques reavivan el temor a una escalada en la frontera y ponen en entredicho la durabilidad de un alto el fuego que, sobre el terreno, parece cada vez más frágil. En la madrugada del jueves, el Canal 12 israelí informó que Tel Aviv se prepara para una nueva ronda de enfrentamientos con Hezbollah.
Las tensiones han ido en aumento en el sur del Líbano durante semanas. El ejército israelí ha intensificado los ataques aéreos casi diarios dentro del territorio libanés, a pesar del acuerdo de alto el fuego, siempre con el pretexto de atacar a miembros e infraestructura de Hezbollah.
Los enfrentamientos de Tel Aviv y el grupo libanés comenzaron de manera paralela a la brutal ofensiva sobre Gaza, en octubre de 2023. Ambos libraron un conflicto de alta intensidad que se recrudeció en septiembre de 2024, cuando el ejército israelí bombardeó cientos de objetivos en el Líbano. Desde entonces, el ejército israelí ha matado en ese país a más de 4.000 personas y herido a casi 17.000.
Aunque en noviembre de 2024 se acordó un alto el fuego que debía poner fin a las hostilidades, Israel no ha retirado completamente sus tropas del sur del Líbano y ha continuado lanzando ataques regulares, además de mantener presencia militar en al menos cinco puntos del país.





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