El Parlamento israelí (Knesset) aprobó este miércoles, en una votación preliminar, un proyecto de ley que pretende extender la soberanía israelí sobre los asentamientos en Cisjordania ocupada. Esta medida ha sido denunciada por la comunidad internacional como una forma de anexión ilegal, legalización de la ocupación militar y destrucción de cualquier posibilidad de una solución de dos Estados.
En detalle, el texto fue impulsado por diputados fuera de la coalición del primer ministro Benjamín Netanyahu y aprobado por un estrecho margen de 25 votos a favor y 24 en contra de un total de 120 escaños, mientras que el 71 restante se abstuvo o estuvo ausente, algo común en este tipo de votaciones preliminares en la Knesset, donde muchos diputados optan por no participar.
Aunque el Likud no lo respaldó oficialmente, ya que Netanyahu ordenó la abstención para evitar un conflicto diplomático con Estados Unidos y reservarse el control sobre el timing de la anexión, miembros de su gobierno de extrema derecha —entre ellos el partido Poder Judío, del ministro de Seguridad Nacional Itamar Ben-Gvir, y Sionismo Religioso, liderado por el ministro de Finanzas Bezalel Smotrich— votaron a favor. Esto evidencia la presión de sectores ultranacionalistas decididos a consolidar un proyecto colonial y mantener la ocupación militar permanente de Cisjordania ocupada, a pesar de la reticencia estratégica de la cúpula del Likud.
Cabe señalar que Netanyahu había considerado formalizar la anexión como respuesta a esos reconocimientos, aunque el plan fue temporalmente suspendido debido a la oposición del presidente estadounidense Donald Trump, quien aseguró a líderes árabes y musulmanes que no permitiría la anexión mientras pedían el fin de la ofensiva israelí en Gaza.
Este proyecto forma parte de una trayectoria de larga data de iniciativas israelíes destinadas a la anexión de Cisjordania ocupada. El pasado 3 de julio, la Knesset aprobó una moción no vinculante que proponía anexar Cisjordania ocupada al territorio de Israel. Aunque simbólica, esta votación contó con 71 votos a favor y 13 en contra, y afirmaba que 'la soberanía en Judea y Samaria', nombre que Israel utiliza para Cisjordania ocupada, territorio que ocupa ilegalmente desde 1967, es 'parte integral de la realización del sionismo y la visión nacional del pueblo judío'. Esta moción demuestra que la política de anexión no es una idea reciente, sino un proyecto sostenido y sistemático para borrar los derechos palestinos y consolidar el control israelí sobre tierras ocupadas.
De manera paralela, la Knesset aprobó otro proyecto promovido por la oposición, que busca anexar el asentamiento ilegal de Ma’ale Adumim, al este de Jerusalén, con 31 votos a favor y 9 en contra. Este plan, vinculado al llamado proyecto E1, prevé unir Ma’ale Adumim con Jerusalén Este mediante una continuidad territorial israelí artificial. Como consecuencia, se fragmentaría Cisjordania ocupada, aislando a comunidades palestinas y bloqueando cualquier posibilidad de un Estado palestino viable.
Aunque ambos proyectos requieren tres votaciones adicionales para convertirse en ley, su aprobación preliminar constituye el primer paso formal hacia la anexión de Cisjordania ocupada, en abierta violación del derecho internacional y de resoluciones de la ONU. Con ello, Israel avanza en un proyecto colonial en un contexto de creciente aislamiento internacional, especialmente tras el reconocimiento de varios países occidentales al Estado palestino en septiembre.
Además, el Tribunal Internacional de Justicia (CIJ) dictaminó en 2024 que la ocupación israelí de Cisjordania ocupada y Jerusalén Este es ilegal y que Israel debe retirarse de inmediato. Sin embargo, el gobierno israelí ignora sistemáticamente estas resoluciones, acelerando la expansión de asentamientos y el desplazamiento forzoso de comunidades palestinas, consolidando un régimen de colonialismo, apartheid y ocupación permanente en el corazón de Palestina".
Reacciones internacionales: EE. UU. advierte sobre los riesgos de la anexión israelí
La aprobación preliminar de los proyectos de ley en la Knesset ha provocado una ola de condenas en todo el mundo. En Estados Unidos, el secretario de Estado Marco Rubio advirtió que la anexión amenaza el plan del presidente Trump para poner fin a la ofensiva en Gaza, calificando la medida como “contraproducente” y “amenazante” para cualquier acuerdo de paz.
Además, más de 40 senadores demócratas, liderados por Adam Schiff, instaron a Trump a reforzar su oposición pública a la anexión, señalando que esta acción socavaría la viabilidad de una solución de dos Estados y pondría en riesgo “los avances logrados bajo los Acuerdos de Abraham”.
Por otro lado, España y varios países europeos denunciaron que la anexión de territorios ocupados y la expansión de asentamientos constituyen crímenes de guerra, instando a Israel a respetar las resoluciones de la ONU.
En la misma línea, la Unión Europea expresó “profunda preocupación” y advirtió que cualquier paso hacia la anexión tendría “consecuencias políticas y económicas”, reiterando su apoyo a la solución de dos Estados y recordando que los asentamientos son “ilegales y un obstáculo para la paz”.
Asimismo, países árabes y musulmanes, incluidos Jordania, Egipto y Arabia Saudí, condenaron la votación legislativa, calificándola de agresión directa contra el pueblo palestino y una amenaza a la estabilidad regional. La Liga Árabe pidió una respuesta firme del Consejo de Seguridad frente a este “nuevo intento de legalizar la ocupación”.
organizaciones de derechos humanos, como Human Rights Watch y Amnistía Internacional, denunciaron que la medida forma parte de una estrategia planificada para fragmentar el territorio palestino y perpetuar un sistema de apartheid. Además, alertaron que la anexión privaría definitivamente a millones de palestinos de su derecho a la autodeterminación.
UNRWA alerta sobre desplazamientos forzosos
Por otro lado, la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA) informó este miércoles sobre la continuada destrucción y campañas de desplazamiento forzado en Cisjordania ocupada. Roland Friedrich, director de Asuntos de UNRWA para Cisjordania ocupada, afirmó: “El futuro de Gaza y Cisjordania son uno. Una reducción de la violencia en Gaza no debe convertirse en una oportunidad para apretar el control de la ocupación en otros lugares”.
Friedrich señaló además una escalada significativa de la violencia de colonos y la expansión de asentamientos, “empujando a comunidades palestinas vulnerables fuera de sus tierras bajo condiciones cada vez más coercitivas, allanando el camino hacia la anexión”. También mencionó que los campos de refugiados del norte, en Yenín, Tulkarem y Nur Shams, han sido vaciados, impidiéndose a los residentes regresar bajo la misma política.
El funcionario reafirmó la disposición de UNRWA a trabajar con todas las partes “para garantizar un resultado integral que pueda formar la piedra angular de la paz y estabilidad en la totalidad del territorio palestino ocupado”.
Reacción palestina
La aprobación preliminar de la ley también ha provocado una ola de indignación entre los palestinos, quienes denuncian que Israel pretende legalizar la ocupación y consolidar un régimen de apartheid.
La Autoridad Nacional Palestina (ANP) calificó la medida de “nula, ilegítima y contraria al derecho internacional”, advirtiendo que representa una amenaza directa a cualquier posibilidad de paz. En un comunicado, el Ministerio de Relaciones Exteriores palestino acusó a Israel de “intentar formalizar la colonización de la Cisjordania ocupada” y de “provocar deliberadamente una escalada en un momento de extrema tensión en la región”, subrayando que Gaza y Cisjordania forman una unidad territorial que Israel no puede reclamar.
Por su parte, organizaciones palestinas de derechos humanos, como Al-Haq y el Centro Palestino para los Derechos Humanos (PCHR), advirtieron que la anexión abriría la puerta a nuevas confiscaciones de tierras, demoliciones de viviendas y desplazamientos forzosos, afectando a miles de familias palestinas en el Área C. Desde Ramala, el primer ministro palestino, Mohammad Mustafa, pidió al Consejo de Seguridad de la ONU que actúe de manera inmediata para detener la anexión y proteger al pueblo palestino frente a las políticas de ocupación y expansión israelí. Mustafa subrayó que “la anexión no traerá seguridad a Israel, solo más resistencia y más sufrimiento”.
Más ataques en la Cisjordania ocupada
Desde octubre de 2023, la Cisjordania ocupada ha sido escenario de una intensificación de la violencia y la represión. El ejército israelí ha ejecutado más de 1.014 demoliciones, incluida Jerusalén Este ocupada, afectando un total de 3.679 estructuras, entre ellas 1.288 viviendas habitadas y 244 deshabitadas, además de emitir 1.667 avisos de demolición, según la Comisión de Resistencia a la Colonización y el Muro, un organismo del gobierno palestino.
Paralelamente, colonos israelíes ilegales han protagonizado 7.154 ataques contra palestinos y sus propiedades en toda Cisjordania desde octubre de 2023. Estas agresiones han provocado la muerte de 33 palestinos y el desplazamiento forzoso de 33 comunidades beduinas.
En total, las autoridades locales informan que durante este periodo más de 1.056 palestinos han perdido la vida, alrededor de 10.300 resultaron heridos y más de 20.000 fueron arrestados, incluidos 1.600 niños.










