Al grito de "¡Sin amnistía!", decenas de miles de brasileños salieron a las calles este domingo para manifestarse contra un proyecto de ley que, si avanzara en el Congreso hasta convertirse en ley, podría beneficiar al expresidente Jair Bolsonaro, condenado a 27 años de cárcel por participar en un intento de golpe de Estado en 2022.
Este proyecto se abrió camino pocos días después de conocerse la decisión del Supremo Tribunal Federal (STF) que definió el destino de Bolsonaro. La Cámara de Diputados aprobó el pasado miércoles una moción de urgencia para debatirlo, lo que significa que el texto será enviado directamente a votación en el pleno sin necesidad de pasar previamente por comisiones.
El proyecto en discusión beneficiaría, en principio, exclusivamente a los participantes de los actos vandálicos del 8 de enero de 2023, cuando partidarios de Bolsonaro invadieron las sedes de la Presidencia, el Congreso y el STF para impedir la investidura del actual presidente, Luiz Inácio Lula da Silva. La posibilidad de que este texto otorgue un eventual perdón al exmandatario fue lo que provocó un amplio rechazo, que se tradujo en las manifestaciones de este fin de semana.
El presidente Lula se expresó respecto a las movilizaciones, señalando que "demuestran que la población no quiere impunidad ni amnistía". En una publicación en la red social Instagram agregó: "Estoy del lado del pueblo brasileño".
“Sin amnistía y con democracia”
Las manifestaciones se organizaron en varias ciudades, entre ellas Río de Janeiro, San Pablo y Salvador, y fueron convocadas en gran parte por figuras de la música y la cultura brasileña, transformando la indignación política en una movilización también cultural.
En la metrópolis de San Pablo, corazón económico del país, cerca de 42.000 personas llenaron la emblemática avenida Paulista, según cálculos del Monitor de Debate Político de la Universidad de Sao Paulo. Allí, los manifestantes desplegaron una gigantesca bandera de Brasil, en respuesta a la bandera estadounidense exhibida en la manifestación a favor de Bolsonaro a principios de mes, que generó controversia.
Una cifra similar se registró en Río de Janeiro, donde la protesta fue convocada por Caetano Veloso y otros grandes nombres de la música brasileña, como Chico Buarque, Gilberto Gil y Djavan. Vistiendo una camisa amarilla, Veloso subió a un escenario —camiones adaptados con plataforma y potentes altavoces— desde la playa de Copacabana, que semanas atrás había sido ocupada por miles de bolsonaristas exigiendo amnistía. Desde allí, declaró con una sonrisa: "Sin amnistía y con democracia: ese es un Brasil bonito". Su mensaje combinó protesta política y reafirmación de los valores democráticos.
Asimismo, miles de personas se concentraron en Brasilia, partiendo desde la neurálgica Explanada de los Ministerios hasta el Congreso, según constató la agencia de noticias AFP.
No obstante, el camino para que este proyecto se convierta en ley es complejo: el primer paso sería superar la resistencia del oficialismo en el plenario de la Cámara de Diputados, para luego pasar al Senado, donde el gobierno de Lula es más fuerte, aunque también minoritario.
Lula da Silva, por su parte, dejó claro que incluso si la ley se aprobara, no garantizaría un perdón inmediato a Bolsonaro: "Si me la envían para vetar, puede estar seguro de que lo haré". Así, la tensión política en Brasil continúa escalando.