La Ciudad de Gaza se ha convertido en un laberinto de destrucción y desesperación. Miles de familias, forzadas por Israel a huir de barrios devastados por los bombardeos, se enfrentan a un destino incierto. Se trasladan literalmente de un “infierno a otro”, como advirtió Unicef, sumándose a las críticas de Naciones Unidas y de la comunidad internacional, que observa con creciente indignación. Y la preocupación aumenta ante la invasión terrestre de la ciudad, el agravamiento de la crisis humanitaria y la ausencia de señales de que Tel Aviv detenga su ofensiva.
El ejército israelí intensificó este miércoles sus operaciones, obligando a los residentes a abandonar sus hogares. Para “facilitar” la evacuación, se habilitó una “nueva ruta de paso temporal” a lo largo de la calle Salahuddin hacia el sur, disponible únicamente hasta el viernes, según informó el portavoz militar Avichay Adraee en X. No obstante, la salida de los barrios amenazados no garantiza seguridad, sino que, al contrario, cada desplazamiento implica atravesar zonas expuestas a ataques continuos, sin tener un refugio seguro donde ir.
Más de 100 palestinos asesinados
La violencia no da tregua. Al atardecer del martes, un reporte indicó que al menos 101 palestinos habían sido asesinados en distintos puntos del enclave, según informó la agencia de noticias palestina WAFA. En las primeras horas del miércoles, al menos 20 personas murieron y varias resultaron heridas en ataques continuos que golpean a la población civil.
Según las fuentes médicas, la mayoría de las víctimas del martes se concentraron en el norte, especialmente en la Ciudad de Gaza, mientras que el centro y el sur también registraron pérdidas significativas. Con estas cifras ya alcanza los 65.000 palestinos asesinados.
Israel ataca hospital pediátrico
También, los centros sanitarios continúan siendo blanco de los ataques, poniendo en riesgo a los más vulnerables. El Hospital Al Rantisi, el único pediátrico en funcionamiento en Gaza, fue alcanzado por bombardeos israelíes durante la noche del martes, sufriendo tres ataques consecutivos, según denunció el Ministerio de Salud del enclave.
En el momento del bombardeo, 80 pacientes recibían tratamiento, incluidos niños en cuidados intensivos pediátricos y neonatales. Tras los ataques, alrededor de 40 lograron salir del hospital, mientras que otros permanecieron junto al personal médico, que se niega a abandonarlos. Este hospital, especializado en oncología, diálisis y enfermedades respiratorias y digestivas, ya funcionaba al 210% de su capacidad a finales de agosto, y hoy se encuentra al límite, como todos los hospitales del enclave.
“Un infierno” para los desplazados, alerta UNICEF
El éxodo forzado castiga especialmente a los más vulnerables, dejando a muchos atrapados entre los escombros de barrios devastados y la amenaza constante de los ataques.
Para quienes logran huir, la llamada “zona humanitaria” en Al-Mawasi ofrece apenas un respiro temporal. Según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), el área se ha convertido en un mar de tiendas improvisadas, escasez de alimentos y desesperación humana.
"Es inhumano esperar que casi medio millón de niños maltratados y traumatizados por más de 700 días de conflicto implacable huyan de un infierno para terminar en otro", dijo Tess Ingram, directora de comunicaciones de UNICEF para Oriente Medio, en una conferencia de prensa de la ONU en Ginebra el martes.
Y la hambruna se suma a la devastación y los bombardeos. UNICEF estima que 26.000 niños requieren tratamiento urgente por desnutrición aguda, de los cuales más de 10.000 se encuentran en la Ciudad de Gaza. En agosto, uno de cada cinco menores examinados mostraba signos de desnutrición grave, la cifra más alta registrada en la ciudad.
El cierre de 16 centros de nutrición esta semana, debido a evacuaciones y combates, ha reducido a un tercio los pocos espacios disponibles para tratar a los niños más vulnerables.
Condena global
Ante la escalada, Israel ha enfrentado una condena internacional unánime.
El secretario general de la ONU, António Guterres, describió la situación en Gaza como “horrenda” y advirtió que se trata de una “destrucción sistemática” con matanzas masivas de civiles, un nivel de violencia sin precedentes en los conflictos que ha presenciado como Secretario General.
Desde Türkiye, el director de Comunicaciones, Burhanettin Duran, pidió una acción internacional urgente, especialmente por parte de la ONU, y calificó la invasión como una “fase sangrienta” del crimen de genocidio de Israel, que viola el derecho internacional y agrava la crisis humanitaria. “No quedan excusas para la comunidad internacional”, afirmó Duran, insistiendo en la obligación de garantizar un alto el fuego y que Israel rinda cuentas ante la justicia internacional.
Egipto calificó la expansión de la ofensiva como una “grave escalada” y una “flagrante violación” del derecho internacional humanitario, advirtiendo sobre consecuencias catastróficas para toda la región y responsabilizando a la comunidad internacional por no actuar ante los crímenes en Gaza. Jordania también denunció la intensificación de los bombardeos y la invasión terrestre, calificándolos como una “violación flagrante del derecho internacional y humanitario”. Y no fueron los únicos: este martes también Canadá, Francia, Italia y Escocia, entre otros, han reiterado que condenan la ofensiva israelí.
Desde octubre de 2023, cerca de 65.000 palestinos han sido asesinados en Gaza y 165.312 resultaron heridos. La Corte Penal Internacional emitió órdenes de arresto contra el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y su exministro de Defensa Yoav Gallant, por presuntos crímenes de guerra, mientras Israel enfrenta también un caso de genocidio ante la Corte Internacional de Justicia. La situación humanitaria en el enclave se agrava día a día, con hospitales colapsados, escasez de alimentos y agua, y miles de familias intentando sobrevivir en medio de condiciones inhumanas.