Tras días de incertidumbre y denuncias por su detención, el primer grupo de 21 activistas españoles de la Flotilla Global Sumud llegó este domingo a Madrid. Habían sido interceptados por Israel en aguas internacionales, mientras navegaban rumbo a Gaza con el propósito de entregar ayuda humanitaria y desafiar el bloqueo que Tel Aviv mantiene sobre el enclave. Junto a ellos también arribaron participantes de la flotilla de Países Bajos y Portugal.
Sin embargo, aún permanecen retenidos en Israel otros 28 españoles, quienes, según el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, podrían partir este mismo lunes rumbo a España.
Entre la emoción y las protestas en el aeropuerto
El ambiente en el aeropuerto de Madrid-Barajas fue de emoción, solidaridad y protesta. Entre banderas palestinas y cánticos en apoyo a la flotilla, los activistas fueron recibidos por familiares, amigos y representantes políticos.
Entre los presentes se encontraban la ministra de Sanidad, Mónica García, junto a dirigentes de los partidos de izquierda Podemos e Izquierda Unida, ambos integrantes de la coalición de gobierno española y conocidos por su apoyo a la causa palestina.
García acudió al aeropuerto con un equipo médico por si alguno de los activistas necesitaba atención sanitaria. Agradeció su labor y denunció que habían sido “secuestrados ilegalmente” por Israel. También destacó el trabajo del Ministerio de Asuntos Exteriores y del consulado español en Tel Aviv para asistirlos.
Por su parte, Ione Belarra, líder de Podemos, exigió nuevamente la ruptura de relaciones diplomáticas con Israel. “El Gobierno está tardando en dar los pasos que la sociedad española está exigiendo”, afirmó, en referencia a las manifestaciones de apoyo a Palestina celebradas el fin de semana.
Entre los repatriados figuran la exalcaldesa de Barcelona Ada Colau y el concejal de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) Jordi Coronas, quienes continuaron viaje hacia Barcelona tras su llegada.
Detenidos denuncian maltrato e inician huelga de hambre
Mientras tanto, 28 españoles continúan detenidos en la prisión de Saharonim, ubicada en el desierto del Néguev, junto a activistas de diversas nacionalidades. Según informes, se han negado a firmar un documento en el que las autoridades israelíes les exigen reconocer que entraron de manera “ilegal” al país.
Entre los detenidos hay tres miembros de Podemos —Lucía Muñoz, Serigne Mbayé y Alejandra Martínez— que han iniciado una huelga de hambre para denunciar el brutal genocidio que se está cometiendo en Gaza. También permanecen encarcelados la presidenta del grupo parlamentario de la CUP (Candidatura d’Unitat Popular, un partido independentista de izquierda catalán), Pilar Castillejo, y Adrià Plazas, dirigente de esa misma formación.
Gobierno español monitorea la situación y abre investigación
Mientras tanto, Albares confirmó que el ministerio de Asuntos Exteriores sigue en contacto con las autoridades israelíes y asume el costo de la repatriación. “Hasta que no estén todos sentados en el avión y el avión esté en el aire, no lo podremos confirmar al cien por cien, pero hoy debería salir de Israel el grupo de 28 miembros de la flotilla que todavía siguen retenidos”, señaló.
Consultado sobre las denuncias de maltrato durante la detención, el ministro Albares informó que la Fiscalía española ha abierto una investigación y explicó que un equipo forense se encontraba en el aeropuerto para atender a los repatriados que quisieran someterse a un reconocimiento médico.
Por su parte, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, advirtió que el Gobierno español esperará a que todos los activistas regresen antes de tomar decisiones legales. En declaraciones a la televisión pública TVE, recordó que tanto el Ejecutivo como la Fiscalía General del Estado ya se han personado ante la Corte Penal Internacional y que, si se confirma que el abordaje ocurrió en aguas internacionales, se trataría de una “privación de libertad absolutamente ilegal”.
Además, Marlaska calificó la actuación de los activistas como “absolutamente ejemplar” y sostuvo que su acción “ha contribuido a generar conciencia y a impulsar la búsqueda de la paz”.