Con el intercambio de rehenes israelíes y prisioneros palestinos en marcha, un paso decisivo del alto el fuego, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aterrizó en Tel Aviv, dejando claro su respaldo a Israel en un momento cargado tanto de tensión como de esperanza.
A su llegada, Trump fue recibido con malfombra roja por el primer ministro Benjamín Netanyahu y el presidente Isaac Herzog. Posteriormente, se dirigió al parlamento israelí, la Knesset, donde recibió una ovación que se prolongó durante varios minutos.
En su intervención ante la Knesset, Trump brindó un discurso con múltiples muestras de sintonía con Israel. Elogió Netanyahu —acusado por la Corte Penal Internacional de crímenes de lesa humanidad— y destacó la estrecha relación entre ambos países. “El estado de Israel vivirá para siempre”, aseguró.
Aunque Trump se atribuyó el mérito del retorno de los rehenes y la implementación de la primera fase del alto el fuego, también agradeció a los países árabes y musulmanes que, según él, contribuyeron a “convencer a Hamás de que libere a los rehenes”. Asimismo, elogió a los Estados que se han acercado a Israel, especialmente los firmantes de los Acuerdos de Abraham, e hizo un llamado a nuevos países para sumarse al proceso, mencionando a Arabia Saudí e incluso a Irán: “Eso pasará, estoy seguro”.
Asimismo, condenó la incursión de Hamás del 7 de octubre, pero no mencionó a las decenas de miles de víctimas palestinas asesinadas en los dos años de genocidio israelí en Gaza.
Por otra parte, se refirió a los ataques de Israel y del propio EE.UU. a Irán, con declaraciones que reafirmaron su postura de respaldo absoluto a Israel ante lo que considere amenazas para la seguridad israelí.
Luego, durante su paso por Israel, el mandatario estadounidense, se reunió con las familias de los rehenes recién liberados.
Tras su visita a Israel, Trump viajará a Egipto para participar en la cumbre de paz de Sharm El Sheij, un encuentro diplomático clave donde líderes regionales y representantes internacionales abordarán la implementación del alto el fuego.
El elogio de Netanyahu a Trump
Por su parte, en su intervención ante la Knéset, Netanyahu dedicó gran parte de su discurso a agradecer al presidente Trump por su respaldo en múltiples frentes, desde reconocimientos territoriales hasta apoyo diplomático y militar. Destacó su reconocimiento a la soberanía israelí sobre los Altos del Golán –territorio de Siria que Tel Aviv ocupa— y sobre Judea y Samaria, así como por respaldar las políticas de Israel en las Naciones Unidas.
También elogió su papel en los Acuerdos de Abraham, en la supuesta salvación del país de un “desastroso acuerdo nuclear iraní” y por su apoyo a operaciones militares como la “operación León Ascendente” y la “operación Martillo de Medianoche” contra Irán.
“Donald Trump es el mejor amigo de Israel que siempre ha tenido en la Casa Blanca”, subrayó Netanyahu.
El primer ministro centró su discurso en los rehenes israelíes y, al igual que Trump, no hizo mención a las más de 67.000 víctimas palestinas de la ofensiva.
En la misma línea, el líder de la oposición israelí, Yair Lapid, expresó su respaldo a las acciones del gobierno y agradeció a Trump por su intervención en Gaza. Lapid negó cualquier responsabilidad por el impacto sobre la población palestina: “No hubo genocidio, ni hubo hambruna intencional. Esto es propaganda del terror”, afirmó, negando las numerosas evidencias que documentan el efecto devastador de la ofensiva israelí.
Israel anuncia la demolición de los túneles de Hamás
Por otra parte, y mientras crece la esperanza y el júbilo por el alto el fuego, que ha permitido a más de 500.000 palestinos regresar a la Ciudad de Gaza, persiste la incertidumbre sobre si Israel mantendrá sus compromisos. Este domingo, el ministro de Defensa israelí, Israel Katz, anunció que ha ordenado al ejército prepararse para demoler los túneles subterráneos utilizados por Hamás en Gaza. Sin embargo, esta operación implicaría el regreso del ejército israelí a Gaza y daría por hecho que Hamás deponga las armas, dos puntos que aún deben negociarse en la segunda fase del plan de paz.
Katz describió la operación como “el principal desafío para Israel después de la fase de retorno de los rehenes” y aseguró que se llevará a cabo “directamente por las Fuerzas de Defensa de Israel y a través de un mecanismo internacional bajo supervisión estadounidense”.
Según Katz, la destrucción de los túneles representa “el punto principal” de la desmilitarización de Gaza y el desarme de Hamás acordados en el marco del alto el fuego.
El acuerdo, presentado por Trump, se estructura en dos fases. La primera, ya en vigor desde el viernes, detiene los ataques de Israel y apunta a la liberación de todos los rehenes israelíes a cambio de unos 2.000 prisioneros palestinos, un intercambio que comenzó a implementarse este lunes. Esta fase también contempla una retirada gradual de las fuerzas israelíes hasta la denominada “línea amarilla”.
La segunda fase prevé cambios más profundos: la creación de un nuevo mecanismo de gobernanza en Gaza sin la participación de Hamás y la formación de una fuerza de seguridad integrada por palestinos y tropas de países árabes e islámicos. Aunque Hamás aceptó la primera fase y realiza esfuerzos para lograr acuerdo en la segunda, Israel exige el desarme definitivo del grupo, algo que Hamás ha declarado desde el inicio que no podría aceptar.
Desde el 7 de octubre de 2023. Desde entonces, la ofensiva israelí ha dejado más de 67.600 palestinos muertos, en su mayoría mujeres y niños, y ha convertido Gaza en un territorio prácticamente inhabitable.