El mundo centró esta semana su atención en los intentos por alcanzar un alto el fuego en Gaza y en la indignación desatada por la interceptación de la Flotilla Global Sumud, que intentaba romper el bloqueo israelí. Pero aunque el foco internacional parezca haberse desplazado, el infierno que viven los palestinos no se ha detenido ni un instante. Israel mantiene su ofensiva más brutal, con ataques aéreos y bombardeos que asesinan a decenas de personas cada día, desplazamientos masivos de cientos de miles y un número de heridos graves y amputados que estremece.
Más allá de donde se posen las cámaras, en Gaza el genocidio continúa y la situación se agrava cada vez más. Según la agencia de noticias palestina WAFA, el jueves Israel mató al menos a 80 palestinos y dejó decenas de heridos en distintos ataques aéreos. Entre ellos se incluye un bombardeo a una tienda que albergaba a desplazados en el centro de Gaza, en la calle Al-Baraka, al sur de Deir Al-Balah.
Asimismo, sólo en la mañana del viernes, al menos 15 palestinos más perdieron la vida en ataques indiscriminados sobre Al-Mawasi, Jan Yunis, y los barrios de Al-Sabra, Ansar y Al-Zaytoun. Durante estas operaciones, equipos de rescate recuperaron cuerpos de los escombros de la escuela Al-Falah, atacada cinco días antes, y fueron nuevamente blanco de fuego mientras intentaban salvar vidas.
Con estas muertes, las autoridades sanitarias locales informaron que, desde octubre de 2023, al menos 66.225 palestinos han sido asesinados en Gaza. Pero se estima que las cifras son mucho más terribles: expertos advierten que podría ser mucho mayor a lo informado por las autoridades de Gaza y lo calculan en hasta 200.000 personas.
Más allá de los intentos de buena fe de la Flotilla Global Sumud por ayudar a los palestinos, o de los intentos por lograr un alto el fuego, los bombardeos no cesan.
Medio millón de desplazados en refugios improvisados
Además de los bombardeos y los ataques terrestres del ejército israelí, los desplazamientos forzados arrastran a los palestinos a una situación inhumana. Según la ONU, desde mediados de agosto, al menos 417.000 personas han sido forzadas a abandonar el norte de Gaza. Entre el sábado y el martes, la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas (OCHA) registró que unas 127.000 personas llegaron a cerca de 360 sitios donde se agrupan desplazados en Deir Al-Balah y Jan Yunis.
Como resultado, estos refugios improvisados ya albergan a más de medio millón de personas. La ONU advirtió además sobre las condiciones extremas en el sur: bombardeos sobre campamentos, viviendas y mercados abarrotados, mientras familias enteras duermen a la intemperie, entre escombros, sin condiciones sanitarias ni seguridad, con alto riesgo de separación de los niños.
En este contexto, Tom Fletcher, jefe de ayuda humanitaria de la ONU, enfatizó: “Los combates continúan en la ciudad de Gaza. El acceso al norte es difícil. Se necesita un esfuerzo humanitario sin trabas, pero muchos trabajadores humanitarios se han visto obligados a suspender sus operaciones”.
Israel bloquea la carretera principal
Por otra parte, Israel ha bloqueado la carretera principal hacia la Ciudad de Gaza, impidiendo que quienes habían salido puedan regresar. Además, el ministro de Defensa, Israel Katz, advirtió que esta era la última oportunidad para que cientos de miles de personas que permanecen dentro logren escapar.
Así, toda la población de la ciudad más importante del enclave —más de un millón de personas— han recibido órdenes de desplazarse hacia el sur, mientras continúan las operaciones militares masivas. Katz subrayó: “Esta es la última oportunidad para los residentes de Gaza que deseen desplazarse al sur y dejar aislados a los combatientes de Hamás en la ciudad de Gaza frente a las continuas operaciones a gran escala de las fuerzas israelíes”.
Heridos y amputados: un drama del que no se habla
Por otro lado, los palestinos que sobreviven a los ataques cargan con heridas más allá de lo imaginable. Desde octubre de 2023, más de 42.000 palestinos han sufrido lesiones que les cambiarán la vida, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Entre ellos, uno de cada cuatro heridos es un niño: pequeños que ya no volverán a caminar, que han perdido un brazo o llevan cicatrices de quemaduras profundas.
Asimismo, al menos 5.000 personas han sido amputadas, condenadas a depender de otros en un territorio donde los servicios de rehabilitación prácticamente han desaparecido.
Y el desglose del resto de lesiones es devastador: más de 22.000 traumas graves en extremidades, más de 2.000 daños en la médula espinal, 1.300 traumatismos cerebrales y más de 3.300 quemaduras graves. Además, aumentan las lesiones faciales y oculares, especialmente entre quienes esperan evacuación, multiplicando la discapacidad permanente y la estigmatización social.
Un sistema sanitario al borde del colapso
Por otra parte, la OMS alerta que el sistema sanitario de Gaza está al límite. De los 36 hospitales existentes, apenas 14 funcionan parcialmente y menos de un tercio de los servicios de rehabilitación previos siguen activos. Solo ocho especialistas pueden fabricar y adaptar prótesis, mientras que al menos 42 profesionales de rehabilitación han sido asesinados hasta septiembre de 2024, dejando a la población aún más desamparada.
Richard Peeperkorn, representante de la OMS en Gaza, subrayó: “La rehabilitación es vital no solo para la recuperación del trauma, sino también para quienes viven con enfermedades crónicas y discapacidades. El desplazamiento forzado, la malnutrición y la ausencia de apoyo psicosocial profundizan la crisis”.
Por ello, la agencia de Naciones Unidas lanzó un llamado urgente para proteger el sistema sanitario, permitir la entrada sin restricciones de suministros médicos y avanzar hacia un alto el fuego inmediato. “El pueblo de Gaza merece paz, derecho a la salud y una oportunidad real de sanar”, añadió.