Abusos físicos y psicológicos y trato inhumano: los crudos relatos de los participantes de la Flotilla Global Sumud que comienzan a revelarse causan estupor. Varios denunciaron haber sido sometidos a condiciones degradantes, incluyendo la negación de agua y medicamentos.
Un activista turco que viajaba en la flotilla y que arribó a Estambul este sábado explicó que las fuerzas israelíes sometieron a la activista climática sueca Greta Thunberg, también integrante de la misión, a un trato indignante tras la interceptación de los barcos.
“La torturaron severamente frente a nuestros ojos”, afirmó Ersin Celik en diálogo con CNN Türk este sábado. “La persiguieron... Greta es solo una niña. La hicieron arrastrarse y besar la bandera israelí. Hicieron exactamente lo que los nazis hicieron una vez”.
“La exhibieron públicamente. Y como es una figura popular, la atacaron específicamente”, agregó. De momento, no está claro si Thunberg había sido deportada o seguía bajo custodia israelí.
“Entendimos mejor lo que viven los palestinos”
“Desde que nuestros barcos entraron en Gaza, Israel nos insultó; entendimos mejor lo que viven los palestinos, y esto refleja lo que Israel ha estado haciendo hasta ahora”, contó un activista a TRT World.
Asimismo, hablando con la Agencia Anadolu tras llegar a Estambul en un vuelo especial este sábado, el periodista italiano Lorenzo Agostino denunció que él y otros pasajeros fueron secuestrados y sometidos a condiciones humillantes.
Agostino dijo que se sintió “en un lugar realmente barbárico” mientras estaba detenido. “Nos llevaron a tierra y, una vez allí, se comportaron como un grupo terrorista. Nos pateaban, nos dejaron sin agua fresca por más de dos días y aprovecharon cualquier oportunidad para humillarnos”, relató.

“Intentaron hundir el barco”
Por su parte, Hasmet Yazici, cuyo barco fue bombardeado por drones en aguas abiertas, causando heridas físicas y daños en la vela, denunció que el objetivo de Israel era hundir el barco. Además, lanchas de asalto israelíes acosaron la nave antes de que comandos abordaran y tomaran el control.
Una vez en tierra, Yazici dijo que los activistas tuvieron que sentarse sobre el piso de concreto durante tres horas en el puerto de Ashdod, con las manos atadas a la espalda y la cabeza obligada a permanecer en el suelo. “Cuando los ancianos o personas débiles cambiaban de posición, les forzaban la cabeza al suelo pateándolos, esposándolos en posición de postración y los hacían esperar de una a dos horas”, añadió.
“Nos preguntaron por qué entramos en territorio israelí sin permiso. Les dije: ‘No entramos, nos llevaron a la fuerza desde aguas internacionales’. Preguntaron por qué íbamos a Gaza. Respondí que allí había genocidio, que mataban niños, que llevábamos ayuda humanitaria y que zarpamos conforme a la ley internacional”, explicó Yazici. También intentaron que firmara tres documentos, pero como no sabía hebreo, se negó.
Relató que, cuando intentaron dar sus testimonios en turco, una oficial de seguridad cercana dijo: “Turcos sucios, ya huelen mal”. La acusaron de racismo, pero eso no hizo más que aumentar las amenazas contra ellos.
"Los israelíes nos robaron dinero"
Otro activista, Bekir Develi, dijo que los soldados israelíes los sometieron a abusos físicos y psicológicos. Develi relató que recibieron comida dos días después de ser detenidos, pero no les dieron agua durante cuatro días y, al pedirla, sufrieron agresiones físicas.
“Cuando intentamos rezar, intervinieron”, agregó. También denunciaron que les robaron pertenencias personales, incluyendo dinero.
“Nos despertaban cada dos horas y nos cambiaban de lugar dentro de la prisión”
Mesut Cakar relató que tras ser detenidos y llegar al puerto, fueron obligados a esperar cerca de una hora con las esposas invertidas y la cabeza sobre el asfalto caliente. Recordó que uno de sus compañeros del barco, Mustafa Cakmakci, pasó por esa situación con un brazo roto.
“No trataron así a los ciudadanos europeos. Solo humillaban a los turcos. Me robaron algunas pertenencias”, señaló también Cakar.
Añadió que fueron transportados en un espacio reducido similar a una jaula durante dos horas antes de ser llevados a prisión, donde permanecieron en condiciones parecidas durante dos o tres horas, sin agua y obligados a beber del grifo del baño durante su detención de tres días.
“Dos activistas con asma tenían dificultades para respirar y no recibieron medicación. Además, nos despertaban cada dos horas y nos cambiaban de lugar dentro de la prisión”, explicó.
Cakar dijo que el ministro de Seguridad Nacional israelí, Itamar Ben-Gvir, visitó la prisión, tras lo cual los activistas fueron separados en celdas y jaulas, siendo trasladados frecuentemente entre áreas. “Se reían mientras fumaban frente a nosotros y tomaban fotos y videos”, agregó.

“Nos impidieron que tomáramos medicación”
El activista francés Yassine Benjelloun también describió el trato duro y degradante de Israel durante la detención. “Nos impidieron que tomáramos medicación los que la necesitábamos. Solo nos dieron agua potable después de 32 horas”, dijo Benjelloun a Anadolu tras llegar a Estambul.
“Teníamos apenas comida. Nos despertaban a las 3 de la mañana con perros y francotiradores entrando en nuestras habitaciones, y nos despertaban cada dos horas para impedir que durmiéramos”, agregó.
“Si nos hicieron esto a nosotros… solo podemos imaginar lo que hacen a los palestinos”, concluyó.
Siguen las protestas a nivel mundial
La Flotilla Global Sumud, que transportaba ayuda humanitaria a Gaza, fue interceptada el pasado miércoles 1 de octubre por las fuerzas israelíes, generando condenas internacionales y protestas en todo el mundo. Gobiernos de América Latina y Europa, así como organizaciones palestinas, denunciaron la acción de Israel y exigieron la protección de los activistas.
Este sábado, cientos de miles de personas salieron a las calles de Europa para exigir el respeto a los derechos humanos, la liberación de los activistas y el fin del genocidio.
“Todos somos palestinos”, “Palestina libre”, “Alto al genocidio”, coreaban los manifestantes en Roma, donde una marea humana marchó por cuarto día consecutivo tras la interceptación de una flotilla de 45 embarcaciones que intentaba llegar a Gaza con ayuda. La prefectura de policía local informó a la agencia de noticias AFP que participaron unas 250.000 personas.
En Madrid, unas 92.000 personas salieron a las calles, según la Delegación del Gobierno, mientras que unos 70.000 manifestantes recorrieron Barcelona en un ambiente pacífico, informó la Policía, en el marco de más de 70 protestas propalestinas celebradas en toda España.
Desde octubre de 2023, los bombardeos israelíes han asesinado a más de 67.000 palestinos, la mayoría mujeres y niños. La ONU y organizaciones de derechos humanos han advertido reiteradamente que el enclave se está volviendo inhabitable, con hambre y enfermedades que se propagan rápidamente.