La interceptación de la Flotilla Global Sumud, que llevaba ayuda humanitaria a Gaza, provocó condenas internacionales y protestas en todo el mundo. Gobiernos de América Latina y Europa, así como organizaciones palestinas, denunciaron la acción de Israel y exigieron la protección de los activistas. A su vez, miles de manifestantes también salieron a las calles para reclamar justicia y exigir el respeto de los derechos humanos en el conflicto de Gaza.
El presidente de Colombia, Gustavo Petro, fue el primero en reaccionar con una medida contundente: ordenó la expulsión de toda la delegación diplomática israelí del país. La medida se produjo después de que dos ciudadanas colombianas a bordo de la flotilla fueran detenidas por las fuerzas israelíes. Las activistas colombianos Manuela Bedoya y Luna Barreto formaban parte de la tripulación de la flotilla, un esfuerzo internacional destinado a romper el bloqueo israelí sobre Gaza y entregar ayuda humanitaria.
Petro calificó la detención en su cuenta de X como "un crimen internacional" cometido por el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu. Además, exigió la "inmediata liberación" de las dos ciudadanas y rechazó "con firmeza cualquier acto que vulnere la integridad física, la libertad y los derechos humanos de ciudadanos colombianos en el exterior".
Asimismo, Petro anunció que el Ministerio de Relaciones Exteriores presentará demandas legales, incluso ante tribunales israelíes, y convocó a abogados internacionales a apoyar a los activistas colombianos.
En la misma línea, el gobierno de Venezuela calificó la interceptación como un "cobarde acto de piratería". En un comunicado, condenó la "naturaleza criminal del régimen sionista" y afirmó que el bloqueo israelí de la ayuda humanitaria es "una herramienta deliberada de guerra" destinada a "aniquilar por inanición a la población para complementar sus bombardeos indiscriminados".
Asimismo, el presidente de Bolivia, Luis Arce, declaró que Bolivia "condena enérgicamente el brutal ataque", calificándolo como "un acto de violencia inaceptable" y "una flagrante violación del derecho internacional". Añadió que la "política de terrorismo de Estado" promovida por Netanyahu "no justifica" el ataque contra civiles desarmados.
También, el ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, Mauro Vieira, confirmó que el país había expresado su preocupación por la seguridad de los 15 ciudadanos brasileños a bordo de la flotilla, entre ellos un diputado federal.
El gobierno del presidente Luiz Inacio Lula da Silva señaló que la iniciativa buscaba "poner de relieve la necesidad de ayuda humanitaria para los palestinos que sufren y se encuentran aislados en Gaza", y agregó que "Israel es responsable de la seguridad de las personas a bordo de esa flotilla".
También el gobierno de Uruguay expresó "seria preocupación por la interceptación israelí" y exhortó al gobierno de Israel a respetar la integridad física de los activistas y el derecho internacional humanitario.
A su vez, el gobierno del presidente chileno Gabriel Boric manifestó su apoyo a la flotilla, que transportaba a dos ciudadanos chilenos. La vocera del gobierno, Camila Vallejo, confirmó que la Flotilla Global Sumud "cuenta con el respaldo total del Estado chileno" y que el Ministerio de Relaciones Exteriores está tomando medidas para proteger a sus ciudadanos.
Condenas y llamamientos de Europa
En Europa también expresaron su preocupación y llamaron a Israel a actuar con responsabilidad tras la interceptación. En España, el ministro de Relaciones Exteriores, José Manuel Albares, anunció este jueves que se citó a la encargada de negocios de Israel en Madrid, Dana Erlich, para transmitir la condena del gobierno español.
Albares destacó que la prioridad es garantizar la integridad física y los derechos de los 65 ciudadanos españoles a bordo, detenidos por Israel, subrayando que los miembros de la flotilla no representaban ninguna amenaza y que su misión era exclusivamente humanitaria. Asimismo, aseguró que el Ministerio de Exteriores, la embajada en Israel y los consulados regionales están completamente movilizados para brindar apoyo diplomático y consular.
Otros países europeos también emitieron fuertes declaraciones. Bélgica instó a Israel a "respetar el derecho internacional, incluido el derecho marítimo, y proteger los barcos de la flotilla", mientras Irlanda calificó la interceptación como "preocupante". Francia pidió garantizar "la seguridad de los participantes y brindarles protección consular", y Suiza advirtió que cualquier acción contra la flotilla "debe cumplir con los principios de necesidad y proporcionalidad, asegurando la seguridad de quienes se encuentran a bordo".
Por su parte, el presidente irlandés, Michael Higgins, describió la redada israelí y los cierres de carreteras en Gaza como "alarmantes para todo el mundo", subrayando que la seguridad de los activistas es "una preocupación para todas las naciones" y relacionando el incidente con lo que consideró "políticas de genocidio" en Gaza.
A nivel institucional, miembros del Parlamento Europeo también se pronunciaron. El eurodiputado italiano Brando Benifei calificó la interceptación como "ilegal y un acto criminal", señalando que la comunidad internacional debería haber protegido a la flotilla.
Hamás: “crimen de piratería y terrorismo marítimo contra civiles”
En el terreno, el grupo de resistencia palestina, Hamás tambíen denunció la interceptación de la Flotilla Global Sumud, como un "crimen de piratería y terrorismo marítimo contra civiles", instando a "todos los defensores de la libertad en el mundo" a condenar el ataque. El grupo afirmó que la interceptación en aguas internacionales, junto con la detención de activistas y periodistas, fue "un acto traicionero de agresión" que "se suma al oscuro historial de crímenes cometidos" por Israel.
La Yihad Islámica Palestina emitió una declaración similar, describiendo la redada como "piratería marítima y una violación flagrante de las convenciones internacionales y humanitarias", responsabilizando a Israel "en su totalidad por la seguridad de los participantes" a bordo.
Protestas internacionales estallan sobre el mundo
Las reacciones no se limitan a las condenas, cientos de manifestantes también se movilizaron este miércoles en diversas ciudades de Europa, América Latina y Türkiye en rechazo al ataque.
En América Latina, miles de personas se manifestaron en Bogotá, Ciudad de México, Buenos Aires y Montevideo. En Bogotá, los manifestantes se concentraron frente a la ANDI tras acusaciones de vínculos con la misión económica de Israel, mientras que en Buenos Aires denunciaron un "asalto por parte de las fuerzas de ocupación israelíes" y exigieron el fin del genocidio en Gaza. En Montevideo, los activistas mostraron carteles pidiendo el encarcelamiento del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu.
En Estambul, cientos de personas se reunieron frente al consulado de Estados Unidos, coreando consignas, rezando por los palestinos y exigiendo acción internacional. Protestas similares surgieron en ciudades europeas: en Roma, estudiantes y miembros de sindicatos bloquearon la Piazza dei Cinquecento frente a la estación Termini, mientras los principales sindicatos italianos USB y CGIL anunciaron una huelga general nacional para el 3 de octubre. En Madrid, Barcelona, Berlín y Bruselas también se realizaron concentraciones, y activistas en Londres anunciaron planes de protesta para el jueves.