Después de meses de animosidad diplomática, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, reveló que mantuvo una primera conversación oficial y “amistosa” mediante videollamada con su homólogo de Estados Unidos, Donald Trump, en la que solicitó la eliminación de los aranceles punitivos impuestos al país sudamericano y llamó a restablecer el diálogo bilateral.
Lula y Trump hablaron durante 30 minutos en un “tono amistoso”, y el brasileño planteó incluso la posibilidad de mantener un encuentro presencial en Malasia el próximo mes, informó la presidencia de Brasil en un comunicado emitido el lunes. El presidente brasileño destacó que este contacto representa una "oportunidad para restablecer las relaciones amistosas de 201 años entre las dos mayores democracias de Occidente".
Durante la conversación, Lula solicitó la eliminación de los aranceles del 50% aplicados a los productos brasileños y de las sanciones impuestas a funcionarios del país. Asimismo, subrayó la importancia de su comercio bilateral, destacando que Brasil es uno de los tres países del G20 con los que Estados Unidos mantiene un superávit en la balanza de bienes y servicios.
Por su parte, el ministro de Finanzas, Fernando Haddad, describió la conversación entre los dos jefes de Estado como "favorable".
En los últimos meses, las relaciones diplomáticas entre Washington y Brasilia se han vuelto cada vez más tensas, debido a las críticas de Trump al juicio y posterior condena de su aliado, Jair Bolsonaro, expresidente de extrema derecha brasileño.
En respuesta a este proceso judicial contra Bolsonaro, que Trump calificó como una “caza de brujas”, Trump impuso un arancel del 50% a los productos brasileños y sanciones contra varios funcionarios y miembros del poder judicial, incluido un juez del Supremo Tribunal, Alexandre de Moraes, supervisó el caso de Bolsonaro.
Además, el gobierno estadounidense revocó las visas de seis altos funcionarios, entre ellos el abogado general de la Unión, Jorge Messias, ampliando aún más la brecha diplomática entre ambos países.
“Buena química”
A fines de septiembre, durante la Asamblea General de la ONU en Nueva York, tanto Lula como Trump habían sido abiertamente críticos el uno con el otro: Lula condenó un “ataque inaceptable” a la independencia del poder judicial brasileño, mientras que Trump acusó a Brasil de “censura, represión” y “corrupción judicial”.
No obstante, a esto le siguió un encuentro casual al margen de la asamblea, que llevó a Trump a destacar su “excelente química” con Lula y a suavizar su tono, describiendo a su homólogo como “un hombre muy agradable, en realidad”.
Así, la llamada parecería ser resultado de ese encuentro. Sin embargo, el portal brasileño Estadão informó que aquel breve encuentro, que incluyó un abrazo, fue en realidad el resultado de una intensa “operación diplomática” tras bambalinas.
“Listo para negociar”
Los dos mandatarios mantienen posturas opuestas en temas clave como el multilateralismo, el comercio internacional y la lucha contra la crisis climática. A pesar de estas diferencias, Lula ha reiterado que Brasil está “lista para negociar” en torno a los aranceles, aunque ha expresado su frustración por el desinterés de las autoridades estadounidenses.
“Estamos intentando negociar, pero no hay con quién hablar. Nadie”, declaró en agosto durante una ceremonia oficial en Brasilia. Sin embargo, durante la reciente llamada, ambos presidentes intercambiaron números telefónicos para establecer comunicación directa, marcando un posible inicio de diálogo más fluido.
La presidencia brasileña indicó que Lula propuso a Trump mantener una reunión presencial durante la cumbre de la ASEAN en Malasia en octubre. Asimismo, reiteró la invitación al mandatario estadounidense para asistir a la conferencia climática COP-30, que se celebrará en noviembre en la ciudad amazónica de Belém, y “expresó también su disposición a viajar a Estados Unidos”.

Café y carne brasileña afectadas por aranceles a EE.UU.
Como consecuencia de estas tensiones, el presidente estadounidense, elevó los aranceles a numerosos productos brasileños del 10% al 50%. Aunque la oficina de Lula no hizo referencia a Bolsonaro en el resumen de la llamada, señaló que el mandatario brasileño pidió a Trump eliminar ese arancel adicional del 40%.
Estas tarifas han tenido un fuerte impacto tanto en la economía brasileña como en Estados Unidos, provocando una caída de hasta el 70% en las exportaciones de café brasileño y reduciendo de manera significativa los envíos de carne vacuna.
En EE.UU., los precios del café —que depende de Brasil para un tercio de su suministro de granos— han aumentado considerablemente, ya que los aranceles han obligado a los tostadores a adquirir café más caro en otros mercados.
Para avanzar en la resolución de este conflicto comercial, Trump designó a su secretario de Estado, Marco Rubio, para continuar las negociaciones sobre los aranceles con el vicepresidente brasileño, Geraldo Alckmin; el ministro de Relaciones Exteriores, Mauro Vieira, y el ministro de Finanzas, Fernando Haddad.