Una ola de indignación internacional se desató después de que el Parlamento israelí diera luz verde a dos proyectos de ley que buscan imponer la llamada “soberanía israelí” sobre la Cisjordania ocupada y los asentamientos coloniales ilegales. La medida, considerada un paso abierto hacia la anexión total de los territorios palestinos, provocó una cascada de condenas y advertencias diplomáticas, incluso desde Washington, donde el presidente Donald Trump amenazó con retirar el apoyo estadounidense si Israel procede con la anexión.
La respuesta más contundente llegó en forma de una declaración conjunta firmada por quince países —entre ellos Türkiye—, junto con la Liga Árabe y la Organización de Cooperación Islámica (OCI). En el texto, publicado el jueves, los firmantes —Türkiye, Arabia Saudita, Jordania, Indonesia, Pakistán, Yibuti, Omán, Gambia, Palestina, Qatar, Kuwait, Libia, Malasia, Egipto y Nigeria— expresaron su firme condena a la iniciativa israelí.
“Las partes reafirman una vez más que Israel no tiene soberanía sobre los territorios palestinos ocupados”, afirmó el texto.
El documento también subraya que la Corte Internacional de Justicia reiteró el derecho del pueblo palestino a la autodeterminación y al establecimiento de un Estado independiente.
En ese sentido, la declaración instó a la comunidad internacional a asumir sus responsabilidades jurídicas y morales para frenar lo que describieron como una peligrosa escalada, y a obligar a Israel a poner fin a sus acciones ilegales en los territorios ocupados.
Finalmente, el comunicado enfatizó que el apoyo al derecho legítimo del pueblo palestino a establecer un Estado independiente y soberano, basado en las fronteras del 4 de junio de 1967 y con Jerusalén Este ocupada como su capital, es la única vía para alcanzar una paz justa y duradera en la región, así como para garantizar la seguridad y la estabilidad de todos los pueblos del Oriente Medio.
Desde 1967, la presencia israelí en la Cisjordania ocupada ha sido objeto de numerosas resoluciones internacionales. Entre ellas destaca la Resolución 2334 del Consejo de Seguridad de la ONU, que declara ilegales todas las acciones de Israel destinadas a modificar la composición demográfica, el carácter y el estatus de los territorios palestinos ocupados, incluida Jerusalén Este ocupada.
Trump amenaza con retirar el apoyo estadounidense si Israel procede a anexar Cisjordania
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dejó clara su postura frente a los intentos de anexión israelí en Cisjordania ocupada, un gesto poco frecuente de firmeza hacia un aliado tradicional. Durante una rueda de prensa en la Casa Blanca, respondió a los periodistas sobre las votaciones en el Parlamento israelí, asegurando que “no se preocupen por Cisjordania, Israel no va a hacer nada con Cisjordania”.
Más tarde, en una entrevista telefónica con la revista Time, publicada el mismo día, Trump reafirmó su posición de manera tajante: “No sucederá. No sucederá porque di mi palabra a los países árabes. Y no pueden hacerlo ahora. Hemos tenido un gran apoyo árabe” y agregó que “Israel perdería todo el apoyo de Estados Unidos si eso ocurriera”.
El mensaje se reforzó con la diplomacia estadounidense sobre el terreno. Mientras el vicepresidente JD Vance finalizaba una visita de tres días a Israel y el secretario de Estado Marco Rubio llegaba al país, el Parlamento israelí avanzaba con los proyectos de ley que allanaban el camino hacia la anexión de la Cisjordania ocupada. Desde Tel Aviv, Vance trató de restar importancia a la votación, asegurando que los funcionarios israelíes le habían dicho que fue “simbólica”, y subrayó su molestia personal: “Si fue una maniobra política, fue una maniobra muy estúpida, y personalmente me resulta un insulto. Cisjordania no va a ser anexada por Israel”.
Por su parte, Rubio advirtió desde Washington que las medidas adoptadas por la Knesset y la violencia de los colonos ilegales estaban “amenazando” el acuerdo de alto el fuego en Gaza y poniendo en riesgo la “estabilidad” alcanzada con tanto esfuerzo.










