Ni Estados Unidos frena sus ataques mortales en aguas internacionales contra embarcaciones a las que acusa –sin pruebas– de estar vinculadas al narcotráfico, ni Venezuela retrocede en sus denuncias sobre los esfuerzos de “bandera falsa” para incriminar al país y permitir una escalada militar. Así podría resumirse el cruce de declaraciones y la tensión de los últimos días, que sigue extendiéndose desde Washington hasta América Latina, pasando por el mar Caribe y el Pacífico.
Justamente, mientras el Pentágono anunció este miércoles una nueva operación letal en el Pacífico oriental contra lo que sigue denominando “narcoterroristas”, Caracas afirmó haber interceptado tres aeronaves vinculadas al tráfico de drogas, y haber frustrado un presunto plan de la CIA contra embarcaciones estadounidenses en Trinidad y Tobago para “echarle la culpa” a Venezuela, y así justificar una agresión contra el país.
El secretario de Guerra de EE.UU., Pete Hegseth, informó que el ejército del país mató a cuatro personas a bordo de una embarcación sospechosa de transportar drogas en el Pacífico oriental, en un nuevo ataque de este tipo que desde septiembre ha cobrado 62 vidas.
“A este barco, como a todos los demás, nuestra inteligencia ya lo conocía por estar involucrado en el contrabando ilícito de narcóticos, y estaba transitando por una ruta conocida de narcotráfico y transportaba drogas”, afirmó Hegseth en un mensaje publicado en la red social X este miércoles. El mensaje incluyó un video de 22 segundos que muestra un bote en el agua que es impactado y explota.
Según Hegseth, la operación se realizó bajo la orden del presidente de Estados Unidos, Donald Trump. El funcionario reiteró el discurso de Washington, acerca de que las acciones forman parte de un esfuerzo más amplio contra las redes de narcotráfico que operan en el hemisferio occidental. “El hemisferio occidental ya no es un refugio seguro para los narco-terroristas que llevan drogas a nuestras costas para envenenar a los estadounidenses”, añadió.
Sin embargo, hasta el momento, el Gobierno de Estados Unidos no ha mostrado pruebas que respalden sus afirmaciones sobre los barcos, su conexión con grupos del narcotráfico o incluso la identidad de las personas muertas en estos ataques, que se han ejecutado con varias semanas de distancia entre uno y otro. Diversos expertos y líderes han argumentado que este tipo de ofensivas son ilegales porque no hay forma de probar que estas embarcaciones transportaban droga y no se ha dado el derecho a un proceso judicial a los que viajaban en ellas.

Venezuela intercepta aeronaves vinculadas al narcotráfico
Por su parte, Venezuela también afirmó haber interceptado tres aeronaves vinculadas al tráfico de drogas. El presidente Nicolás Maduro informó que su país detectó y bloqueó tres aviones supuestamente utilizados para el narcotráfico, en operaciones que coinciden con el despliegue militar estadounidense en el Caribe. De acuerdo con el mandatario, dos "venían del norte" y otra del "Caribe".
“Anteayer, un avión de narcotráfico ingresó por el Caribe. Nuestra aviación lo detectó en un segundo”, señaló Maduro en un acto oficial. “Hoy, dos aeronaves de narcotráfico ingresaron desde el norte. Y de acuerdo con nuestra ley, tenemos una ley de intercepción… ¡bam, boom, bang!”, añadió. “¿Cómo se llama eso? Ejercer la soberanía", insistió.
Caracas ha intentado mostrar sus esfuerzos antidrogas ante el masivo despliegue militar estadounidense cerca de sus costas. Algo que los funcionarios venezolanos han condenado reiteradamente como una "maniobra hostil", acusando a Washington de utilizar las misiones antidrogas como pretexto para la intimidación militar cerca de sus aguas territoriales.
Maduro afirmó que Venezuela continuará "defendiendo su espacio aéreo" y se mantendrá vigilante ante cualquier amenaza externa o violación de su soberanía.
“Inteligencia de Venezuela derrotó el plan de la CIA”
Al complejo panorama entre EE.UU. y Venezuela, se suma la denuncia que hizo Maduro este miércoles acerca de que la inteligencia y contrainteligencia de su país había frustrado un presunto plan de la Agencia Central de Inteligencia de EE. UU. (CIA), que, aseguró, consistía en atacar embarcaciones estadounidenses en Trinidad y Tobago, donde el Gobierno de Donald Trump realiza ejercicios militares conjuntos.
“El propio plan de la CIA, con toda la maldad que la caracteriza, iba a atacar las propias naves de Estados Unidos. ¿Y a quién le iban a echar la culpa? ¿Y por qué a Venezuela? Para justificar una escalada y un enfrentamiento entre pueblos hermanos”, indicó Maduro durante una visita a Petare, la barriada más grande del país y de Latinoamérica.
Además, durante una transmisión del canal estatal Venezolana de Televisión (VTV), el presidente informó sobre el arresto de “mercenarios”, sin precisar ni el número ni sus identidades, quienes aseguró lo “han declarado todo”. También mencionó la captura de nuevas personas en el oriente del país, aunque no brindó más detalles al respecto.
El mandatario aprovechó para subrayar la importancia de la “buena vecindad entre países limítrofes”, en referencia a Trinidad y Tobago, ubicado a solo 11 kilómetros de la costa venezolana. Sin embargo, advirtió que el “imperialismo” busca “sembrar cizaña, intriga y odio” para enfrentar a pueblos vecinos que históricamente han convivido en paz.
El pasado domingo, Venezuela denunció una “provocación militar” por parte de Trinidad y Tobago, que, según Caracas, se habría realizado “en coordinación” con la CIA para “instalar una guerra” en el Caribe.
México insta a EE.UU. a mejorar protocolo contra narcotráfico
Por su parte, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, informó este miércoles que le solicitó al ministro de Relaciones Exteriores del país, Juan Ramón de la Fuente, reunirse con el embajador de Estados Unidos en México, Ronald Johnson, para dialogar sobre cómo mejorar el protocolo de combate al crimen organizado en aguas internacionales, tras los recientes ataques de Washington.
“Hablé con el ministro y le pedí que convocara al embajador para decirle que lo que queremos es que ese protocolo se mejore, en el marco de los acuerdos de seguridad que tenemos con Estados Unidos, pero que se siga operando”, apuntó la presidenta durante su conferencia de prensa matutina.
Sheinbaum recordó que este martes se registró una intervención estadounidense contra una lancha que transportaba presuntamente droga en aguas internacionales, indicando que el incidente ocurrió “en la ubicación en latitud y longitud de nuestro país, en aguas internacionales”.
“Nosotros no estamos de acuerdo con estas intervenciones y tenemos un modelo, un protocolo que ha dado muchos resultados”, afirmó, destacando la importancia de respetar la soberanía mexicana. “No queremos que haya violación a nuestra soberanía ni tampoco que se realicen este tipo de operaciones en la zona económica exclusiva, precisamente porque se está actuando. Y, segundo, porque pudiera haber un mexicano, más allá de que sea delincuente o no, presunto delincuente, en una de estas embarcaciones”, advirtió.
México y Estados Unidos dialogaron el martes sobre “cooperación marítima” tras el ataque a cuatro embarcaciones presuntamente ligadas al narcotráfico en el océano Pacífico, en las que viajaban 14 personas, con un sobreviviente que se encuentra en búsqueda activa por parte de la Marina mexicana.
La campaña militar de Estados Unidos en la región
El Pentágono ha llevado a cabo varias operaciones similares en las últimas semanas, tanto en el Caribe como en el Pacífico Oriental, centradas en buques sospechosos de transportar narcóticos desde América del Sur. Estados Unidos asegura que estos ataques buscan desmantelar rutas de narcotráfico y organizaciones criminales acusadas de traficar drogas hacia Norteamérica.
Para reforzar estas operaciones, Washington ha desplegado siete buques de guerra de la Armada, así como aviones furtivos F-35, y ha ordenado al grupo de ataque del portaaviones USS Gerald R. Ford dirigirse a la región, representando un aumento masivo de poder de fuego en la zona.
La semana pasada, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aprobó operaciones encubiertas de la CIA en Venezuela, mientras evalúa ataques terrestres en el marco de lo que ha denominado es su lucha contra el narcotráfico. En ese contexto, el buque de guerra estadounidense USS Gravely llegó a Trinidad y Tobago para lo que ambos países definen como “ejercicios conjuntos”. Algo que Caracas ha rechazado con fuerza y calificado de un intento de empezar “una nueva guerra eterna” contra el país. De hecho, sostuvo que la presencia del destructor representa una "provocación hostil contra Venezuela y una grave amenaza para la paz en el Caribe”.





