Türkiye se ha consolidado como el mayor productor de acero en Europa y el séptimo a nivel mundial, después de haber superado recientemente a Alemania en esta industria.
Según los analistas, los agresivos aranceles y las medidas proteccionistas de la Unión Europea (UE) sobre las importaciones de acero de países como China y Rusia han llevado a importantes alteraciones en las cadenas de suministro globales de este material.
Sin embargo, para Ankara, las disposiciones restrictivas de la UE han abierto puertas a los mercados de exportación en lugar de cerrarlas. “El ascenso de Türkiye hasta convertirse en el mayor productor de acero de Europa es una historia tanto geopolítica y económica como industrial”, señala a TRT World el Dr. Mian Waqar Badshah, de la Universidad de Estambul.
Afianzando su posición en la cadena de suministro global de acero como una figura dominante, la producción de acero crudo de Türkiye aumentó un 7,2% interanual hasta alcanzar 3,2 millones de toneladas en septiembre, el último mes del que se dispone de datos de toda la industria.
Mientras tanto, sus exportaciones de acero registraron un aumento del 7,6% hasta alcanzar 1,4 millones de toneladas en el mismo mes.
Badshah explica que Türkiye ocupa una “posición estratégicamente única” para la UE debido a su proximidad, integración y fiabilidad.
Justamente, esta integración hace que Ankara sea “un socio indispensable para la resiliencia de la cadena de suministro de la UE”, cuando los aranceles afectan a las fuentes tradicionales.
China lidera la producción mundial de acero crudo por un amplio margen, seguida de India, Japón, Estados Unidos y Rusia.
Por su parte, Estados Unidos impuso un arancel del 50% a las importaciones de acero en junio pasado.
La Comisión Europea siguió este ejemplo y redujo las cuotas para importaciones de acero libres de impuestos a casi la mitad, además de establecer un arancel del 50% para los envíos que excedan dichas cuotas, en un intento por proteger a los productores de acero radicados en el territorio del bloque.
En este contexto, Türkiye tiene escala, capacidad para hornos de arco eléctrico (EAF, por sus siglas en inglés) y una sólida base para aumentar sus exportaciones de acero, indica a TRT World el profesor Baris Alpaslan, de la Universidad de Ciencias Sociales de Ankara.
El EAF, que utiliza electricidad para fundir chatarra, se considera más limpio que los procesos convencionales de fabricación de acero.
“Los compradores europeos están buscando activamente proveedores fiables y más cercanos como parte del ‘friend-shoring’”, dice Alpaslan, refiriéndose a la práctica de abastecerse de bienes de países que son aliados geopolíticos, como miembros del mismo bloque comercial o alianza militar.
“La proximidad geográfica de Türkiye, sus vínculos con la unión aduanera y sus rápidos plazos de entrega otorgan a las acerías turcas una ventaja logística y comercial frente a proveedores distantes”, señala.

Capitalizando el “friend-shoring”
Para capitalizar la política de “friend-shoring” de la UE, Badshah, de la Universidad de Estambul, recomienda a los responsables políticos una estrategia de doble vía.
Primero, Türkiye debe “adoptar y dominar” el cumplimiento del bloque europeo, explica.
En lugar de ver el Mecanismo de Ajuste en Frontera por Carbono (CBAM, por sus siglas en inglés) —un arancel sobre productos intensivos en carbono, como el acero y el cemento, importados a la UE— como una barrera, Badshah sugiere que Ankara lo considere “un nuevo reglamento que dominar”. Por lo que, añade el experto, se necesita invertir en sistemas de contabilidad y verificación de carbono.
Esto permitiría a los exportadores turcos ofrecer “una experiencia de compra fluida y conforme a la normativa”, que contrasta con la “carga administrativa e incertidumbre” que enfrentan otros proveedores fuera de la UE.
En segundo lugar, Badshah enfatiza la necesidad de enfocarse en productos de valor añadido y especializados, explicando que el futuro está en competir por la calidad y especialización de artículos de acero para sectores como el automotriz, las energías renovables y la industria aeroespacial, no en competir por el volumen de acero genérico.
Al producir aceros avanzados y de alto margen, Türkiye puede “integrarse aún más profundamente en las cadenas de valor europeas críticas”, haciendo que sus exportaciones sean menos una mercancía básica y más un componente especializado que es invulnerable a las medidas proteccionistas, detalla.
Alpaslan, de la Universidad de Ciencias Sociales de Ankara, coincide con esta evaluación.
Además, hace un llamado a los productores de acero turcos para que mejoren los procesos de recubrimientos, aceros de grado automotriz y de grado de construcción para capturar una mayor parte de la cadena de valor de la UE.
En ese sentido, señala que los principales grupos turcos ya están mostrando una tendencia a expandirse hacia plantas de la UE y zonas económicas especiales, en lo que podría transformar las exportaciones de materia prima en asociaciones de manufactura integrada.
Los beneficios económicos podrían ser sustanciales.
Alpaslan agrega que una unión aduanera modernizada entre UE y Türkiye podría impulsar el PIB turco en aproximadamente entre un 1,8 y un 2,5%, mediante una mayor competitividad y reducción de fricciones comerciales.
Dicho crecimiento impulsado por las exportaciones se traducirá en la creación sostenida de empleo, tanto en la industria como en servicios de logística, proveedores de insumos y fabricación posterior, indica.
Con las exportaciones que ya registran un crecimiento del 12,1% en los primeros nueve meses de 2025, esta trayectoria sugiere ganancias significativas de empleo, especialmente en los sectores de manufactura de alta cualificación y tecnología verde.
Mirando más allá de la economía
Alpaslan dice que depender de Türkiye –miembro de la OTAN desde 1952 y que alberga infraestructura clave de la alianza– mejora la autonomía estratégica de la UE en materiales críticos.
Abastecerse de un socio comercial geográficamente próximo y consolidado ayuda a la unión a reducir la exposición a “cuellos de botella lejanos y riesgos geopolíticos”, complementando los esfuerzos del bloque económico por diversificar las cadenas de suministro.
Una unión aduanera modernizada permitirá a los Fabricantes Europeos de Equipos originales (OEM, por sus siglas en inglés, que se refiere a empresas que producen componentes que luego se integran en productos finales) trasladar “etapas de producción de mayor valor a compañías turcas”, afirma el experto.
Asimismo, las empresas siderúrgicas turcas pueden beneficiarse del Pacto Verde de la UE, una iniciativa política que encamina al bloque hacia una transición verde para lograr la neutralidad climática para 2050.
Badshah lo describe como “una reestructuración fundamental y a largo plazo” de la base industrial del bloque europeo.
“Para los productores de acero turcos, esta es la mayor oportunidad, y el desafío más significativo, de la próxima década. La pregunta no es si deben descarbonizar, sino cuán rápido pueden hacerlo para obtener una ventaja de pionero”, completa.
Está surgiendo una “prima verde”, ya que industrias posteriores como los gigantes automotrices Volkswagen y Mercedes-Benz buscan proveedores de bajo carbono para cumplir sus propios objetivos de cero emisiones netas, señala.

Apuntando a la “prima verde”
Badshah identifica tres ventajas clave para maximizar el beneficio de la prima verde.
Los productores de acero turcos deberían girar agresivamente hacia la tecnología EAF previamente mencionada, que tiene una “huella de carbono significativamente menor” que los altos hornos tradicionales.
En ese sentido, promover un “modelo de economía circular” reciclando chatarra doméstica y europea es una estrategia verde poderosa e “inmediatamente aplicable”, dice.
La industria siderúrgica turca debería hacer una apuesta estratégica por el hidrógeno producido mediante electrólisis, un proceso para descomponer un compuesto químico pasando una corriente eléctrica a través de un líquido.
Badshah prevé el uso de energía solar, eólica o geotérmica para el hierro de reducción directa (DRI), un proceso de fabricación de hierro alternativo al método de alto horno intensivo en energía.
Una sola planta de “acero verde” alimentada por energías renovables turcas, dice, sería una “prueba de concepto monumental”, posicionando a Ankara como líder en los esfuerzos de descarbonización de Europa.
Los productores de acero del país deberían esforzarse por crear una “marca verde” para el acero turco.
Badshah insta a los productores de este elemento a obtener certificaciones de terceros, realizar evaluaciones transparentes del ciclo de vida y comercializar líneas de productos dedicadas de “acero verde”.
Este cambio, dice, redefinirá a Türkiye de un proveedor “competitivo en costos” a uno “sostenible y estratégico”, permitiendo precios premium y contratos a largo plazo protegidos de los aranceles de carbono.
Badshah insiste en que Ankara puede convertir el marco regulatorio europeo en su mayor ventaja competitiva. “Türkiye tiene el potencial de adelantarse a los productores europeos más antiguos y convertirse en un centro de 'acero verde' limpio, moderno y preferido para el continente”, señala.


























